Al final de la semana pasada estuve recogiendo las otras patatas que hemos estado cultivando este año en el huerto, aquellas en las que no hemos empleado casi la tierra, pues meramente las hemos colocado encima, cubiertas de paja e hierba.
El conjunto de plantas se limitaba a unos pocos pies, pero como véis la cosecha no ha sido mala, aunque tampoco ha sido del todo buena pues presentaba un número abundante de patatas pequeñas y muy pequeñas. Lo que no suele ser habitual salvo que la simiente no estuviera bien o haya habido problemas.
Las patatas se han mantenido verdes durante mucho tiempo y solo ya en el mes de octubre han secado sus ramas. En la siembra este año empleamos menos papeles que el año pasado. Estos no han contenido a la grama y otras hierbas, con lo que las patatas se han visto un tanto invadidas por ellas.
Lo bueno de sembrar entre la paja es la facilidad de la recogida de las mismas, descubriendo las patatas con solo mover la paja y desenterrar las mismas. Esta tarea se hace con las manos y es un placer ir viendo aparecer las patatas limpias.
Al recogerlas hemos visto que por debajo entre la paja y el humus los ratones habían taladadro caminos.
Había pies en los que entre las patatas grandes tenían muchas patatas muy pequeñas, lo que me hace pensar que quizá las patatas habían sido en parte comidas por los ratones (no se veían restos de ningún tipo, pero de ser, fue hace algún tiempo y los restos habrían sido devorados o reabsorbidos por la tierra) y por ello habrían rebrotado con tantas pequeñas.
También recogimos unas pocas patatas rojas, de unas patatas que nos trajo un amigo de las que le habían sobrado al sembrar, ya era bastante tarde y estaban un poco envejecidas al ponerlas en tierra, serán simiente para el próximo año.
Ya estamos programando el cultivo en la paja del próximo año en el que vamos a poner goteos, de modo que las patatas tengan el agua que pudieran necesitar y no pasen sed, ya os mostraré. ©