Archivo de la categoría: Cultivo de cereales

Amaranto Cola de Zorro en el huerto

Amarantos hay muchos, nosotros en el huerto tenemos dos. Por un lado tenemos el que utilizamos como cereal, por otro está este que os muestro ahora, de un hermoso color entre púrpura y fucsia: Un amaranto cola de zorro, con una floración que cae pendulante, desparramándose desde lo alto del tallo.

La familia Amaranthaceae tiene sus origen en América, entre la zona central y la cordillera de los Andes, pero desde allí como plantas que son comestibles se han desplazado mucho. Son plantas anuales, que en la zona donde vivo se ven frenadas en su desarrollo por la llegada de frío, que corta su crecimiento.

Suelen ser plantas todo terreno, con escasos enemigos y buena capacidad de adaptación a las circunstancias del medio, aunque gustan de suelos ricos y riego frecuente, con buen drenaje. No tienen dificultad de adaptarse a posiciones de pleno sol. Pudiendo oscilar su altura desde los 50 cm hasta alcanzar 1.50 cm.

En el huerto o en el jardín son plantas espectaculares. Si las condiciones son adecuadas y hay un buen abonado, hay que pensar en que su crecimiento será abundante. Por ello hay que darles el espacio que sin duda necesitarán.

Son plantas que alcanzarán su mayor altura y desarrollo si se siembran previamente en semilleros protegidos. De ese modo pueden adelantar su cultivo y continuar su crecimiento durante más tiempo. ©

Algunos records con el maíz

Siendo el maíz uno de los cultivos más habituales de toda la superficie terrestre, y en concreto uno de los cultivos estrellas de esta zona donde está el huerto (vega de regadío en el Órbigo), no siempre se puede decir que su cultivo sea de records.

Nosotros llevamos cultivando maíz ya hace unos cuantos años. Cada año es distinto en relación a la productividad de la cosecha. La relación entre el trabajo, el abono, la semilla, … y la cosecha conseguida, cambia.

Múltiples factores pueden condicionar la cosecha. Unas veces es en función del clima, en otras ocasiones el momento en que se sembró, a veces influyen los calores del verano o un pedrisco, el agua que se le ha dado y el cuándo se le ha dado, …

Cuando uno siembra hectáreas esto puede ser determinante para el triunfo o el fracaso de una cosecha. En nuestro caso eso no es tan relevante pues el volumen es siempre menor. Pero no deja de darnos placer el conseguir buenos resultados en las porciones de terreno que dedicamos a ello. Nos resulta de gran placer conseguir algún que otro record.

Los «records» son algo relativo, se miden frecuentemente con uno mismo y sus resultados anteriores. Este año se puede considerar que hemos superado alguno de ellos. En concreto quizá sea el año en que más altura alcanzó el tronco del maíz y también el año en que mayor longitud y mayor cantidad de buenas mazorcas hemos tenido.

Los «records» tienen que ver mucho con la genética. Una línea de buenas mazorcas, capaces de alcanzar esa altura es imprescindible para que las plantas crezcan. Lo mismo que unas mazorcas regulares y ajustadas, con granos grandes y bien engordados.

No es mucho mérito propio, pero con todo uno se ufana en los «records» que la cosecha de maíz nos ha dejado este año.©

Herramienta manual para desgranar el maíz

La tarea de desgranar el maíz en el cultivo casero es una tarea larga y tediosa, pero al realizarla se asegura la posibilidad de que el maíz se seque sin complicaciones. Así se dificulta que el maíz pueda desarrollar hongos y podredumbres que contaminen la cosecha con toxinas, como la aflatoxina.

Esta tarea hecha de forma manual es laboriosa y según lo apretado que esté el maíz, difícil de realizar. Primero hay que conseguir secar el maíz en la mazorca lo suficiente para aflojarlo, para a continuación retirar el maíz de esta y posteriormente poner a secar el maíz en grano.

No conozco herramientas comercialmente diseñadas para este fin, pero con los restos de un rascador de mortero ya hace años que elaboramos este rascador de maíz y sigue funcionando con la misma eficacia.

Para ello solo empleamos un trozo del rascador de mortero que estaba deteriorado y una rama seca de higuera, lo que hacía más ligera la herramienta, sin que esta perdiera fuerza.

Se cortó la pieza del rascador del tamaño ajustado para la rama de higuera y se clavó la pieza con unas puntas, en la rama de higuera. Ha funcionado muy bien desde entonces.

Ya montado el rascador hay que buscar un capazo donde ir realizando la tarea, y recogiendo los granos que caen al pasar los ganchos del raspador sobre los granos. Resulta también imprescindible el uso de unos buenos guantes que protegen las manos si en ocasiones el raspador se desliza hasta estas.

Así año tras años volvemos a buscar nuestra herramienta, y durante unas semanas según se va secando el maíz vamos pasándola por las mazorcas, separando el grano. ©

La milpa, un éxito con el maíz

Zona milpa: Maíz blanco, maíz bronce y maíz amarillo

Ya está todo el maíz de la milpa recogido, en un proceso totalmente artesanal que lleva su tiempo. La cosecha ha sido buena. Incluso se podría decir que muy buena.

El maíz sembrado en tres sucos, bien separados entre si, para poder luego aricarlos con la motoazada, se organizó en tres zonas: Una dedicado al maíz blanco de Arkansas, otra para el maíz bronce y una tercera más cerca de la valla, para el maíz amarillo.

Cada uno de ellos con sus peculiaridades y características, y también sus «el que más»: El blanco el más alto, el bronce en nuestra tierra es el que resulta más productivo, con mazorcas generosas y muy homogéneas y el amarillo el que más gusta a los cuervos. Pero todos ellos de buena cosecha.

Lo bueno de cultivar maíces diferentes es que cada año favorece a uno de ellos en función de cómo venga la climatología y las plagas. Así el más tempranero es el maíz amarillo, pero también es el que más atacan los cuervos, pues es el que tiene una mazorca menos protegida. El maíz blanco prefiere estar bien separado, y dado lo alto que crece, es de entender. Es también un maíz de ciclo más largo, por lo que resulta imprescindible sembrarlo temprano, para que pueda engordar bien los granos.

El maíz bronce es el maíz más equilibrado. No necesita estar tan separado, ni ser sembrado tan temprano, ni resulta tan fácil de atacar en sus mazorcas. Además de que tiene el mejor rendimiento con mazorcas grandes y muy regulares.

Los meses de octubre y noviembre con sus día soleados han venido muy bien para recoger el maíz. La terraza orientada al sur resulta una buena ventaja para ello. Pues es imprescindible secarlo bien para evitar que los hongos lo ataquen y se estropee, con ello, la tarea de todo el año. Tras secarlo hay que desgranarlo y luego al saco, a la espera de ser molido para dar de comer a los animales. ©

Cosecha de Amaranto

Plantas de amaranto

En este periodo del otoño uno de los cultivos que hemos recogido es el Amaranto del que ya os había hablado en el verano. Las plantas de amaranto suelen tener buen crecimiento, aunque estas mías no han sido extraordinarias. El poner más de una planta en el suelo, cercanas entre si, creo que no resultó lo más adecuado, pues crecieron mucho más las que estaban solas.

Las plantas suelen tener un buen tamaño, por contra las semillas son de color crema y diminutas. Cuando las plantas comenzaron a secar, dejando caer algunas de estas semillas, decidimos segarlas. Queríamos intentar recogerlas en un periodo en el que no hubiera mucha lluvia.

Tras segarlas, las colocamos con cuidado en el carretillo y las trasladamos a la zona del cemento donde las extendimos al sol, sobre unas sábanas viejas. Para esta función el material de cama que ya va viejo resulta excelente.

Allí fuimos separando la cascarilla y el grano de las hojas y los tallos. Para ello las cerandas fueron una herramienta muy útil. Una vez que logramos esto quedaba por limpiar el grano de la muña, y más tarde asegurarnos de que el grano estuviera bien seco para evitar enmohecimientos.

Para la primera tarea el viento fue esencial. Las semillas son muy pequeñas. Por ello se requiere un tipo de viento de ráfagas continuas y no demasiado violentas, que pudieran arrastrar junto a la cascarilla, el grano. Solo hubo que esperar por el día y momento adecuado.

Para la segunda tarea era necesario el sol. El sol del otoño todavía calienta y si se ponen los granos bien extendidos o sobre un recipiente metálico, poco a poco se calienta elevando con el calor la humedad. En unos días al sol estaba listo.

Aunque el amaranto no es un cereal, casi que se incluye entre ellos y en la cocina se trata como tal. Ahora queda por ver si nos gusta y si lo podemos incorporar a nuestras recetas. Eso determinará que lo sigamos cultivando o no, en el futuro inmediato.©

Experimentando la milpa

Al inicio de la temporada estuvimos leyendo sobre la combinación de cultivos en la zona de México siguiendo la tradición prehispánica, donde se colocaban juntos tres de los productos que más tarde nos llegaron de América: Maíz, calabazas y leguminosas, en concreto diferentes tipos de judías.

El cultivo combinado nos resultó interesante y decidimos probar a ver cómo resultaba en esta tierra. Para ello colocamos por debajo de las espalderas de los frutales tres sucos donde fuimos colocando diferentes tipos de maíz: Blanco de Arkansas, amarillo de la zona y bronce, junto con diversos tipos de calabaza de comer. También judías de enrame, tanto fréjol rojo, como diversas variedades de verde y chauchas.

Las plantas de maíz se fueron colocando como a 50 cm unas de otras con unas 3 semillas en cada punto de siembra. Las calabazas se intercalaron al tresbolillo separadas como 2 metros cada punto de siembra entre si, con 2-3 semillas en cada uno de ellos. Por su parte las legumbres rellenaron el espacio que quedaba libre entre los maíces.

Primero se sembró el maíz, al cabo de unos días las calabazas y en la quincena siguiente las judías. Tanto el maíz como las calabazas respondieron bien. Con buenos resultados en su crecimiento. No fue así el caso de las judías. Quizá nos retrasamos en la siembra y fueron tarde, sofocadas por la sombra del maíz. No sabemos el motivo. Nacieron mal, y luego no crecieron con el vigor y la pujanza suficiente. Recuperaremos las semillas, pero poco más.

Aquí os muestro la cosecha de calabazas. Ha sido abundante. En el caso del maíz todavía faltan unos días para pensar en recogerlo. Creció vigoroso y tiene buenas mazorcas, pero ha sido bastante atacado por los cuervos.

Como todo experimento habrá que repetirlo para contrastar sus resultados, que por este año son claramente beneficiosos para maíz y calabazas, mucho menos para las judías. Por ello nuestra intención es volver a sembrar siguiendo este método el próximo año, pero todo al mismo tiempo. ©

La siega 2021

Este año hemos tenido trigo sembrado en el huerto, como ya os había dicho es de cultivo ecológico con el mínimo laboreo. Se sembró sobre la zona donde estaba plantada la soja el año anterior y detrás del trigo colocaremos en la tierra, patatas tardías y un par de sucos de soja tardía para ver cómo si esta también se puede dar.

Esta semana pasada hemos recogido el trigo. Lo malo de sembrar trigo en estas cantidades es que hay que hacer la siega a mano y esa siempre es una tarea laboriosa.

Para intentar reducir la cantidad de trabajo, en lo posible, decidimos no recoger toda la paja con el grano, sino segar las espigas separadamente de la paja. Con ello la tarea fue notablemente menor que en ocasiones anteriores. Tampoco la realizamos toda de una vez, sino que la fuimos realizando por partes y a lo largo de tres mañanas de la semana pasada

Así segábamos una cantidad de espigas que recogíamos en un capazo, las pisábamos para separarlas del grano, a veces con el manal y una vez separado el grano de la mayor parte de la paja, continuábamos segando.

El tercer día fue para rematar la tarea. Así terminamos de recoger espigas sueltas, lo poco que quedaba de segar del trigo y como hacía aire fuimos aventando el trigo, de modo que lo dejábamos caer desde cierta altura y el aire ayudaba a separar y limpiar la paja del grano.©

Espero que disfrutéis de la tarea que dejamos reflejada en este breve vídeo.

Cultivando amaranto

Este año tengo amaranto en el huerto. Una planta herbácea y anual, polivalente, rústica y de origen americano, que puede alcanzar un buen desarrollo en tamaño. La familia Amaranthaceae tiene numerosas variedades, pero solo tres de ellas se dedican a la producción de grano. Este es una semilla de muy pequeño tamaño pero de alto valor nutricional.

No es su primer año en el huerto, lo sembré ya el año anterior. Pero solo conseguí al final sacar adelante un par de plantas, de cuyas numerosas semillas he colocado estas que tengo aquí.

Estas semillas proceden de México, por lo que es posible que sea la variedad de Amaranthus hypochondriacus, que es originaria de ese país. Todas ellas son de hojas verdes, pues así eran las plantas que el año pasado han salido adelante, aunque inicialmente había alguna roja.

Las plantas las sembré en diversos semilleros, dado los problemas que había tenido el año anterior, pero las que mejor funcionaron fueron las colocadas en el suelo directo. Una vez que superaron cierta altura se volvieron mucho más resistentes para superar trasplantes y adaptarse al terreno.

Las he colocado en una zona baja del huerto, a pleno sol, agrupadas en tres hileras. En algunos casos he colocado plantas solas, en otros dos o 3 plantas agrupadas en cada hoya, para ver cuales funcionan mejor. Dado el crecimiento del año anterior tengo dudas sobre el tamaño que puedan alcanzar y el espacio que les he dejado. Pero iremos ajustando y viendo.

No pretendo darles demasiada agua, salvo ahora en los inicios del cultivo y durante la floración. El objetivo es sacar semillas suficientes para poder comenzar a usarlo en diversas recetas. De momento tengo que cavar las plantas, arrancando las hierbas que hay alrededor y preparar los sucos. Luego ya veremos. Iremos aprendiendo sobre la marcha.©

Madura el trigo

Con la subida de las temperaturas el trigo va madurando. Entra en ese momento en que la espiga comienza a vetear entre el verde y el amarillo. Un momento que recibe un término específico para los agricultores de esta zona: El trigo va amanzanado.

Como hortelana novata en las lides relacionadas con el cultivo de cereales es una expresión que desconocía. Pero así lo denominó un agricultor de toda la vida que tenemos por vecino y amigo. Es una expresión que me gustó.

Ese punto en que el cereal pasa de verde a comenzar a amarillear, veteando poco a poco la espiga. Una espiga cada vez más prieta por el grano grueso que crece en su interior. Un cereal que como nos explicó no está ni blanquecino por estar helado ni ennegrecido, sino verdeando, veteado en su engrosamiento.

Este año solo sembramos trigo con argaña. Es un cereal que se defiende mejor que otros de los ataques. Aun así y todo los pájaros no paran de intentarlo con él. Se posan sobre la espiga y con su peso la llevan hasta el suelo donde son capaces de separar de la argaña, el grano. Al secarse la espiga, la argaña se volverá más áspera por lo que les resultará más difícil de saquear el grano de su interior.

Daños de los pájaros

Como veis lo colocamos sembrado en hileras y es un procedimiento que en esta tierra arcillosa y pesada le viene bien al cereal. Se ha desarrollado bien y las espigas están muy gordas, por lo que esperamos buena cosecha. Se ha regado solo una vez y estábamos dudando si darle otro riego o no. Pero la llegada de la lluvia de las tormentas ha decidido la tarea y nos ha ahorrado el trabajo.

Ahora solo queda esperar a que termine de madurar y se seque del todo. Y que todo vaya bien y en ese tiempo de espera haya suerte con el cielo y las tormentas. ©

Recogiendo el maíz blanco

El maíz blanco de Arkansas es el último maíz del año  y  lo hemos recogido esta semana. Es increíble lo diferentes que pueden ser en  su  crecimiento los maíces entre si. Este maíz se sembró antes que el amarillo y el cobre, pero  aunque ha estado muy bueno y ha crecido mucho más alto que todos los demás, su ciclo no se ha completado del todo y en muchas ocasiones sus grandes mazorcas tienen  granos no han terminado de hacerse.

Como maíz se vio afectado por la helada de octubre y desde entonces lo hemos dejado en la planta donde meramente  ha ido sobreviviendo. Ahora con heladas fuertes  a la vista no queda más remedio que terminar de recogerlo.

Al recogerlo  vamos a quitar primero las mazorcas y a continuación a segar las plantas. Aprovechando que apenas hay hierbas en los sucos y para que la tierra no quede desocupada hemos abierto  un poco estos y por siembra directa hemos colocado unos garbanzos.

Pero antes hubo mucha tarea que hacer. Había que poner el maíz a secar. Es un maíz que tiene una panocha muy densa, con muchas y apretadas hojas cubriéndola,  lo que por aquí resulta una ventaja, pues es el maíz que es menos atacado por los cuervos, que en el caso de los demás realizan bastantes daños. Pero a la hora de recogerlo da más trabajo.

Las mazorcas las hemos ido abriendo y  poniendo a secar al sol o colgándolos. Las que  están más tiernas  o son  menos densas en granos se usan para las gallinas que gustan mucho de ellas y  las picotean como una golosina.

Es un maíz con buenos rendimientos. Volveremos a sembrarlo, pero la intención para la próxima cosecha es la de  colocar este maíz el primero en el huerto. También si es posible que parte de las plántulas hayan estado antes en el invernadero, para ver si alargando sus plazos se adelanta su ciclo e incrementa sus resultados. Por otro lado dada la buena sombra que genera y la altura que alcanza, el combinarlo  con las judías. ©