La primavera es uno de los mejores momentos para consumir guisantes en el huerto. Estos son una leguminosa que no requiere de mucho cuidado, pero si que hay dos aspectos básicos que hay que atender.
El primero el ofrecer a los guisantes un mínimo de humedad, necesario para que la planta establezca un ritmo que le permita crecer, desarrollar flores y posteriormente cuajar esta en vainas tiernas. Cuando estas vainas engordan, pero manteniéndose tiernos, es el momento de recoger los frutos.
El segundo es el cuidar que las plantas no queden ahogadas por las hierbas, eliminando estas de alrededor de las plantas jóvenes, pues más tarde con ellas ya adultas no se debe, pues se corre el riesgo de dañar las raíces o arrancarlos al quitar estas.
En un año como el actual hemos disfrutado de bastantes guisantes. Una parte de ellos los sembramos en el otoño, en dos zonas diferentes, manteniendo cierta atención sobre ellos a lo largo del invierno y primavera. En ese periodo se les quitaron las hierbas y pese a que no hubo demasiado lluvia no fue necesario regar, salvo algo al inicio de la primavera. Se inicio su consumo ya a finales de abril, aunque la partida más importante ha sido en mayo. Las lluvias ayudaron a mantenerlos tiernos durante más tiempo.
Otra parte se sembraron al final del invierno, son los que se comieron los conejos, rebrotaron y crecieron. Los estamos consumiendo ahora. Hubo que regar para que nacieran, luego al inicio de la campaña de riego también se les dio agua. Posteriormente no ha sido necesario. El cielo y sus lluvias abundantes se han encargado de ellos. Con estos solo se pudo controlar las hierbas al principio, mas tarde se descontrolaron un poco, pero al estar tiernas en vez de arrancar se han ido cortando.
Ha sido un año con poco problemas de hongos, hasta ahora. Previsiblemente los problemas aumentarán por la humedad y el calor. Estos problemas sobre todo afectarán a la partida siguiente, sembrada en mayo y ya en crecimiento. Los consumiremos ya en el verano, si no hay problemas.©