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Algunos records con el maíz

Siendo el maíz uno de los cultivos más habituales de toda la superficie terrestre, y en concreto uno de los cultivos estrellas de esta zona donde está el huerto (vega de regadío en el Órbigo), no siempre se puede decir que su cultivo sea de records.

Nosotros llevamos cultivando maíz ya hace unos cuantos años. Cada año es distinto en relación a la productividad de la cosecha. La relación entre el trabajo, el abono, la semilla, … y la cosecha conseguida, cambia.

Múltiples factores pueden condicionar la cosecha. Unas veces es en función del clima, en otras ocasiones el momento en que se sembró, a veces influyen los calores del verano o un pedrisco, el agua que se le ha dado y el cuándo se le ha dado, …

Cuando uno siembra hectáreas esto puede ser determinante para el triunfo o el fracaso de una cosecha. En nuestro caso eso no es tan relevante pues el volumen es siempre menor. Pero no deja de darnos placer el conseguir buenos resultados en las porciones de terreno que dedicamos a ello. Nos resulta de gran placer conseguir algún que otro record.

Los «records» son algo relativo, se miden frecuentemente con uno mismo y sus resultados anteriores. Este año se puede considerar que hemos superado alguno de ellos. En concreto quizá sea el año en que más altura alcanzó el tronco del maíz y también el año en que mayor longitud y mayor cantidad de buenas mazorcas hemos tenido.

Los «records» tienen que ver mucho con la genética. Una línea de buenas mazorcas, capaces de alcanzar esa altura es imprescindible para que las plantas crezcan. Lo mismo que unas mazorcas regulares y ajustadas, con granos grandes y bien engordados.

No es mucho mérito propio, pero con todo uno se ufana en los «records» que la cosecha de maíz nos ha dejado este año.©

Herramienta manual para desgranar el maíz

La tarea de desgranar el maíz en el cultivo casero es una tarea larga y tediosa, pero al realizarla se asegura la posibilidad de que el maíz se seque sin complicaciones. Así se dificulta que el maíz pueda desarrollar hongos y podredumbres que contaminen la cosecha con toxinas, como la aflatoxina.

Esta tarea hecha de forma manual es laboriosa y según lo apretado que esté el maíz, difícil de realizar. Primero hay que conseguir secar el maíz en la mazorca lo suficiente para aflojarlo, para a continuación retirar el maíz de esta y posteriormente poner a secar el maíz en grano.

No conozco herramientas comercialmente diseñadas para este fin, pero con los restos de un rascador de mortero ya hace años que elaboramos este rascador de maíz y sigue funcionando con la misma eficacia.

Para ello solo empleamos un trozo del rascador de mortero que estaba deteriorado y una rama seca de higuera, lo que hacía más ligera la herramienta, sin que esta perdiera fuerza.

Se cortó la pieza del rascador del tamaño ajustado para la rama de higuera y se clavó la pieza con unas puntas, en la rama de higuera. Ha funcionado muy bien desde entonces.

Ya montado el rascador hay que buscar un capazo donde ir realizando la tarea, y recogiendo los granos que caen al pasar los ganchos del raspador sobre los granos. Resulta también imprescindible el uso de unos buenos guantes que protegen las manos si en ocasiones el raspador se desliza hasta estas.

Así año tras años volvemos a buscar nuestra herramienta, y durante unas semanas según se va secando el maíz vamos pasándola por las mazorcas, separando el grano. ©

La milpa, un éxito con el maíz

Zona milpa: Maíz blanco, maíz bronce y maíz amarillo

Ya está todo el maíz de la milpa recogido, en un proceso totalmente artesanal que lleva su tiempo. La cosecha ha sido buena. Incluso se podría decir que muy buena.

El maíz sembrado en tres sucos, bien separados entre si, para poder luego aricarlos con la motoazada, se organizó en tres zonas: Una dedicado al maíz blanco de Arkansas, otra para el maíz bronce y una tercera más cerca de la valla, para el maíz amarillo.

Cada uno de ellos con sus peculiaridades y características, y también sus «el que más»: El blanco el más alto, el bronce en nuestra tierra es el que resulta más productivo, con mazorcas generosas y muy homogéneas y el amarillo el que más gusta a los cuervos. Pero todos ellos de buena cosecha.

Lo bueno de cultivar maíces diferentes es que cada año favorece a uno de ellos en función de cómo venga la climatología y las plagas. Así el más tempranero es el maíz amarillo, pero también es el que más atacan los cuervos, pues es el que tiene una mazorca menos protegida. El maíz blanco prefiere estar bien separado, y dado lo alto que crece, es de entender. Es también un maíz de ciclo más largo, por lo que resulta imprescindible sembrarlo temprano, para que pueda engordar bien los granos.

El maíz bronce es el maíz más equilibrado. No necesita estar tan separado, ni ser sembrado tan temprano, ni resulta tan fácil de atacar en sus mazorcas. Además de que tiene el mejor rendimiento con mazorcas grandes y muy regulares.

Los meses de octubre y noviembre con sus día soleados han venido muy bien para recoger el maíz. La terraza orientada al sur resulta una buena ventaja para ello. Pues es imprescindible secarlo bien para evitar que los hongos lo ataquen y se estropee, con ello, la tarea de todo el año. Tras secarlo hay que desgranarlo y luego al saco, a la espera de ser molido para dar de comer a los animales. ©

Experimentando la milpa

Al inicio de la temporada estuvimos leyendo sobre la combinación de cultivos en la zona de México siguiendo la tradición prehispánica, donde se colocaban juntos tres de los productos que más tarde nos llegaron de América: Maíz, calabazas y leguminosas, en concreto diferentes tipos de judías.

El cultivo combinado nos resultó interesante y decidimos probar a ver cómo resultaba en esta tierra. Para ello colocamos por debajo de las espalderas de los frutales tres sucos donde fuimos colocando diferentes tipos de maíz: Blanco de Arkansas, amarillo de la zona y bronce, junto con diversos tipos de calabaza de comer. También judías de enrame, tanto fréjol rojo, como diversas variedades de verde y chauchas.

Las plantas de maíz se fueron colocando como a 50 cm unas de otras con unas 3 semillas en cada punto de siembra. Las calabazas se intercalaron al tresbolillo separadas como 2 metros cada punto de siembra entre si, con 2-3 semillas en cada uno de ellos. Por su parte las legumbres rellenaron el espacio que quedaba libre entre los maíces.

Primero se sembró el maíz, al cabo de unos días las calabazas y en la quincena siguiente las judías. Tanto el maíz como las calabazas respondieron bien. Con buenos resultados en su crecimiento. No fue así el caso de las judías. Quizá nos retrasamos en la siembra y fueron tarde, sofocadas por la sombra del maíz. No sabemos el motivo. Nacieron mal, y luego no crecieron con el vigor y la pujanza suficiente. Recuperaremos las semillas, pero poco más.

Aquí os muestro la cosecha de calabazas. Ha sido abundante. En el caso del maíz todavía faltan unos días para pensar en recogerlo. Creció vigoroso y tiene buenas mazorcas, pero ha sido bastante atacado por los cuervos.

Como todo experimento habrá que repetirlo para contrastar sus resultados, que por este año son claramente beneficiosos para maíz y calabazas, mucho menos para las judías. Por ello nuestra intención es volver a sembrar siguiendo este método el próximo año, pero todo al mismo tiempo. ©

Recogiendo el maíz blanco

El maíz blanco de Arkansas es el último maíz del año  y  lo hemos recogido esta semana. Es increíble lo diferentes que pueden ser en  su  crecimiento los maíces entre si. Este maíz se sembró antes que el amarillo y el cobre, pero  aunque ha estado muy bueno y ha crecido mucho más alto que todos los demás, su ciclo no se ha completado del todo y en muchas ocasiones sus grandes mazorcas tienen  granos no han terminado de hacerse.

Como maíz se vio afectado por la helada de octubre y desde entonces lo hemos dejado en la planta donde meramente  ha ido sobreviviendo. Ahora con heladas fuertes  a la vista no queda más remedio que terminar de recogerlo.

Al recogerlo  vamos a quitar primero las mazorcas y a continuación a segar las plantas. Aprovechando que apenas hay hierbas en los sucos y para que la tierra no quede desocupada hemos abierto  un poco estos y por siembra directa hemos colocado unos garbanzos.

Pero antes hubo mucha tarea que hacer. Había que poner el maíz a secar. Es un maíz que tiene una panocha muy densa, con muchas y apretadas hojas cubriéndola,  lo que por aquí resulta una ventaja, pues es el maíz que es menos atacado por los cuervos, que en el caso de los demás realizan bastantes daños. Pero a la hora de recogerlo da más trabajo.

Las mazorcas las hemos ido abriendo y  poniendo a secar al sol o colgándolos. Las que  están más tiernas  o son  menos densas en granos se usan para las gallinas que gustan mucho de ellas y  las picotean como una golosina.

Es un maíz con buenos rendimientos. Volveremos a sembrarlo, pero la intención para la próxima cosecha es la de  colocar este maíz el primero en el huerto. También si es posible que parte de las plántulas hayan estado antes en el invernadero, para ver si alargando sus plazos se adelanta su ciclo e incrementa sus resultados. Por otro lado dada la buena sombra que genera y la altura que alcanza, el combinarlo  con las judías. ©

Colgando mazorcas de maíz

En el huerto sembramos maíz. Diferentes tipos de maíz: Palomitas, maíz azul de los indios Hopi, maíz blanco de Arkansas, maíz blanco mejicano, maíz amarillo del de la zona, maíz bronce, maíz negro, … Este año la cosecha de maíz es buena. En un sistema ecológico y casi artesanal como es  el nuestro en la producción de maíz resulta imprescindible tener un sistema de secado que funcione y que no incremente los gastos de forma innecesaria.

Habitualmente empleamos el sol y esto se ha seguido haciendo este año, especialmente con el maíz amarillo y parte del blanco. Colocamos las mazorcas al sol, de modo que el grano se vaya secando poco a poco. Mientras tanto vamos desgranando el maíz.  Este, una vez desgranado,  también se pone al sol para que se termine de secar

Todo esto implica tener un espacio controlado, que suele ser la terraza de casa, donde se  saca y se pone al sol, recogiéndolo cada tarde. Esto significa un espacio limitado, poco espacio.

Por eso este año que hemos aumentado la cantidad de maíz que sembramos  hemos tenido que volver a los sistemas tradicionales para el secado del maíz: Para ello hemos abierto las panochas, quitado su envoltura y atando las mazorcas con las hojas de su vaina,  las hemos puesto a secar.

El problema era dónde colgarlas. Tenía que ser un lugar donde quedasen a salvo de los  roedores y donde pudieran lentamente ir perdiendo humedad, que en algunos casos oscila entre 1/4y 1/3  del peso del maíz final. También tenían que quedar protegidas de la lluvia. Optamos por el interior del contenedor.

Fuimos recogiendo las mazorcas, dejando el grano expuesto y atándolas por parejas, luego fuimos colgando de palos e hierros colocados en el medio y laterales del contenedor.  Allí han quedado dando una imagen atractiva y generosa. La intención es dejarlo secando tanto tiempo como sea necesario.

Mientras tanto tenemos trabajo que realizar. Luego escogeremos las mejores mazorcas que se reservarán para sembrar y el resto se desgranarán y almacenarán, dejándolas listas  para su uso. ©

Tortilla de huitlacoche con coliflor y chorizo

Maíz creciendo en el huerto

Huitlacoche

En estas fechas una de las cenas frecuentes en casa tiene como protagonista al Huitlacoche.  Este hongo es consecuencia indirecta de la producción ecológica del maíz. Esto unido a las últimas lluvias  supone la presencia de estos hongos parásitos en el maíz. Hongos que buscamos y recogemos como base para nuestras recetas.  El maíz crece fuerte y está estupendo y en él crece el huitlacoche.

Para preparar  el huitlacoche frecuentemente experimentamos variaciones  respecto al modo de hacerlo. En esta  receta la mayoría de  materias primas que usamos,  salen del huerto: Coliflor  cocida, huitlacoche, cebolla, un tomate pequeño, huevos, sal,aceite,  pimienta y un poco de chorizo.

Comenzamos  friendo la cebolla hasta que va pochando. Se le añade  un tomate pequeño  y se lava y trocea el huitlacoche. Se deja freír todo ello. Nosotros preferimos este hongo cuando va bien cocinado.

Las pellas de coliflor suelen ser grandes, y en este caso quedó una parte de la misma que había sido cocida y  empleada en otra receta. Ahora se incorporó en pequeños trozos a la sartén, cocinando durante un tiempo. Se le añade el chorizo en pequeños trozos, para que de un pequeño toque.

A partir de ahí se salpimentó y  si gusta se puede poner un poco de epazote. Se baten unos huevos  que  se incorporan a la sartén y se van dorando. Hay que buscar ese punto  en el que la tortilla queda cuajada por fuera y al tiempo jugosa. El Huitlacoche le da un toque diferente que combina bien con todos estos ingredientes y resulta agradable de comer.©

Trasplantando maíz

Semillero

Uno de los mejores inventos para entretener una cuarentena es el colocar una tanda de semilleros. Yo puse semilleros de un montón de cosas que ahora hay  que llevar a tierra. Este ha sido el caso de las plántulas de maíz.

Desenredando raíces

La idea inicial era no sembrar muy retrasado el maíz este año para que alcanzase lo mejor de su desarrollo. Al llegar la cuarentena decidí poner algunas plantas de maíz en semilleros.  Las semillas nacen rápido. Basta con dejarlas un día en agua y colocarlas luego dentro de un tarro bien escurridas, mejor en un lugar ligeramente cálido.

Estas son maíces de palomitas de grano amarillo. Nacieron bien y las plántulas han estado muy sanas.  Además del maíz de palomitas coloqué también: maíz  blanco de Arkansas, maíz negro mejicano, maíz  de los indios Hopi, maíz blanco de México, así como maíz rojo de palomitas.

Con la raíz desnuda….

Con todos ellos hemos seguido el mismo procedimiento y  ahora ya están todos colocados en tierra. Hemos aprovechado la ausencia de calor  a lo largo de esta semana. De ese modo las plántulas sufren menos.

…y luego tapada con el humus

Comenzamos abriendo el suco. A continuación fuimos sacando las plántulas de los tiestos. Estos eran de pequeño tamaño por lo que las plantas  ya tenían las raíces bastante desarrolladas y con cierta tendencia a espiralizarse. Por ello lo primero era separar las raíces e ir individualizando las plantas.

2 días más tarde

Plántulas colocadas en hileras

A continuación colocamos  las plantas dentro del suco abierto y fuimos tapando las raíces con un puñado de humus. Luego se regó todo ello y se cerró el suco.  la tierra tiene bastante humedad natural, por lo que no hay que aportar mucha agua, la suficiente para que las raíces entren en contacto con el humus, y el eliminar bolsas de aire, que en ocasiones se forman.

Hemos mantenido el ojo obre las plantas y se ha ido regando cada dos días.   Ahora queda ver como responden ante la intensidad solar.  Ya os contaremos si el sembrarlo antes mejora sensiblemente la cosecha. ©

Cultivo de maíz blanco mejicano

Maíz blanco mejicano

Este año tengo en el huerto sembrado maíz blanco mejicano.  Lo sembré pronto, fue el primero que coloqué en  un semillero, el interior del invernadero, allá por el mes de marzo, dentro de  un brick de la leche. Lo coloqué allí  a resultas de la experiencia que tenía del año anterior, cuando sembrado a finales del mes de mayo, directamente en el suelo, dentro de lo que suele ser por aquí su temporada normal, creció mucho en altura, pero no llegó  ni siquiera a granar.

En el invernadero

La experiencia me dejó el convencimiento de que si quería sacar algo de él tenía que darle  un ciclo más largo de crecimiento y para ello no quedaba más remedio que  adelantar parte del proceso en el interior del invernadero, ganando con ello un par de meses.

En el semillero todo fue bien, creciendo sin problemas. Pero este  año en el exterior todo se retrasó un poco y las plantas de maíz no terminaron siendo trasplantadas a tierra hasta comienzos del mes de junio, dada la inestabilidad del tiempo a lo largo de mayo y que estaban tiernas. Pero desde ese momento el maíz comenzó a crecer y crecer, sobre todo cuando le aportamos algunos de los bioabonos con los que hemos estado experimentando este año.

Su crecimiento le ha hecho alcanzar cerca de los tres metros, superando ampliamente la barraca de tomates que tiene al lado en la cual estos tienen más de metro y medio, pero aun así su ciclo de crecimiento se ha alargado y retrasado mucho. Tardó mucho en sacar la flor y la panocha del maíz y  en estas fechas sigue todavía en el proceso de maduración del fruto.

En estas fechas y dado el cambio en el tiempo,  que pone fin a este verano que se ha alargado hasta ahora, la cuestión  es si el maíz blanco terminará o no de ser capaz de madurar sus frutos  lo suficiente para resistir a la llegada de los hielos o quizá debamos retirar antes sus frutos, sin saber si están estos hechos lo suficiente o no. Habrá que esperar y ver qué hacemos.  Lo cierto es que dudo sea un tipo de maíz adecuado para aquí.©

Cosecha de maíz bronce

Este año  como en casi todo el maíz también fue tardío en el huerto, de hecho hasta hace poco todavía estaba alguno de él sin recoger todavía.

En el huerto este año hubo menos tipos de maíz: Maíz azul de los Indios hopi fue el más abundante, se da bien, maíz de palomitas amarillo, maíz de comer en tierno y  el maíz bronce que es del que quiero hablaros hoy.

Es un tipo de semillas que llegó al huerto fruto del intercambio con otros hortelanos, no recuerdo exactamente con quien, pero que ha resultado un tipo de maíz muy productivo.

Fue uno de los cultivos que se colocaron entre las hileras de frutales. Se sembró una hilera de maíz y en paralelo otra hilera de judías verdes de vainas rojas, tipo Buenos Aires.  Cuando se colocaron la tierra no estaba en sus mejores momentos y solo se les puso algo de humus, les costó salir adelante en sus primeras fases.

La zona donde estaban tampoco se regaba demasiado bien, tendría como unos cuatro o cinco riegos en el total del verano. Pasadas las primeras etapas el maíz comenzó a crecer y a desarrollarse.  En ocasiones sirviendo de soporte a las judías verdes.

Ahora ya está la cosecha en casa. Como iba tardío   se ha tardado bastante en  recoger, una parte ya a finales del mes del mes de noviembre  y algunas panochas en diciembre.  Son mazorcas largas, de grano grande y regular, no demasiado apretados los granos entre ellos, al secar quedan ligeramente separados.  

La mayoría se mantiene sin hibridar, aunque algunas de las mazorcas si que lo están y presentan granos mezclados.  Hay un predominio de mazorcas de buen tamaño, las pocas que no tenían estas características se dejaron para los conejos a los que les gusta cuando está semitierno.

Es un maíz con un buen rendimiento, pues no se le ha prestado ni mucha atención, ni mucho agua, ni mucho abono e iba tardío siendo capaz de criar  mazorcas de este tipo. Volveremos a sembrarlo.©