El huerto en la cuarta semana de marzo

Mientas que las temperaturas máximas se han mantenido bastante estables, oscilando entre los 18º los 20º, las mínimas han tenido un desarrollo más amplio que ha ido de los 8º de alguna noche a los -1, de otras.

Lluvia poca, lo que nos ha dejado continuar preparando el terreno y con las siembras de primavera. Con temperaturas tan suaves, los cultivos comienzan a salir. Ajos, guisantes, cebada, garbanzos, tirabeques, … pero con ellos también lo han hecho las hierbas. Por ello hemos comenzada también a cavar y sanear los cultivos.©

Almendros tardíos en flor versus ultratardíos

Otro año más y los almendros ya están en flor. Este año van un poco más adelantados en fecha de floración que el año pasado. Su floración está siendo intensa. Con una floración fuerte, parece que la poda realizada en febrero les sentó bien.

La fecha de floración es siempre un tema sensible por estas tierra, sobre todo porque en función de esa fecha cuanto más tarde sea mejor será la resistencia de la flor y los frutos de los almendros.

Ya os había comentado en años anteriores que habíamos ampliado en el huerto las variedades de almendros que teníamos, incorporando almendros de floración ultratardía. Estas variedades ultratardías serían: Macaco y Penta, tres ejemplares de cada.

Lo bueno que tienen estas variedades es que son más tardías en florecer que los que teníamos en el huerto hasta ahora. Se pueden ver los arbolitos en comparación con lo que están en plena floración. Se ven como las flores de ellos todavía tienen unos días hasta completar esta.

Lo buen de tener árboles que cubren diferentes fechas de floración es que nos permiten cubrir un rango de posibilidades de resistencia meteorológica más amplio. Con ello esperamos poder ampliar las cosechas que consigamos de almendras, aunque claramente entre ellos también hay diferencias respecto a la fecha de floración.

Almendro Penta

El año pasado estos arbolitos apenas dieron unas pocas flores y recogimos algunas almendras. Este año tienen muchas más floración, por lo que esperamos que nos dejen conocer sus posibilidades. Tendremos que ir viendo cómo funcionan en el microclima del huerto.©

Almendro Macaco

Garbanzos negros con hortalizas

Una de las leguminosas menos frecuentes por esta zona son los garbanzos negros. Pero nosotros la cultivamos en el huerto, de hecho ya están naciendo los de esta temporada.

Tener garbanzos implica cocinarlos y emplearlos en diversas recetas y en esta que os muestro aquí: Garbanzos negros con hortalizas, resultan excelentes, aunque en realidad va bien para cualquier garbanzo.

En nuestro caso los garbanzos ya estaban cocidos. Los habíamos empleado en un cocido previo. Esta ración se congeló y ahora, casi directa desde el congelador la vamos a emplear aquí.

Esta receta es muy sencilla, además de los garbanzos podemos usar diversas hortalizas de la temporada. Nosotros vamos a emplear: cebolla, puerro, zanahorias, repollo y espinacas. Pero podrían ser otras: calabacín, pimiento, brécol, ….

Comenzamos sofriendo la cebolla y el ajo. Cuando se pone cristalina, se le añade el puerro, a continuación la zanahoria, más tarde el repollo y finalmente la espinaca. queremos que quede hecha, pero al dente, con un ligero punto crujiente.

Vamos a usar salsa de soja, un par de cucharadas. Dejamos que la verdura se cocine en su propio jugo, podemos cubrirla, para que se haga mejor. Tras unas vueltas añadimos los garbanzos. En este caso los tapamos, pues alguno de ellos estaba todavía bastante congelados. Debemos controlar el punto de sal a lo largo de la cocción.

Los garbanzos resultan así muy atractivos. Su sabor más intenso que los garbanzos blancos se equilibra con el dulzor de las verduras. Además es un producto que incorpora las antocianinas a la dieta, junto con abundante fibra. Sino podéis disponer de garbanzos negros siempre se pueden emplear los habituales, pero con verduras resultan deliciosos.©

El huerto en la tercera semana de marzo

Otro descenso pausado, para terminar con un ascenso rápido. El tobogán de las temperaturas se mantienen en el huerto. También ha caído algo de agua, aunque no demasiada.

Nos mantenemos arando y sembrando los cultivos de esta época. Terminamos de preparar la zona baja, de modo que será la siguiente en el cultivo.©

Lupinos albus en el huerto de final del invierno

Uno de los cultivos que habitualmente se inicia en la sementera es el de los entremozos. En nuestro huerto los entremozos siempre tienen dificultades para crecer, posiblemente porque la tierra es muy pesada. Uno de los momentos en que peor lo pasan es durante el invierno, por eso este año decidimos probar otros modos de cultivarlos.

Los entremozos necesitan cierto nivel de desarrollo cuando llega la primavera, pero dado que sufren y en ocasiones se hielan en el invierno, decidimos hacer un semillero en el invernadero y posteriormente ver si podíamos hacerlos crecer fuera.

El semillero funcionó muy bien. Empleamos para hacerlo los tubos de papel del servicio. Tres semillas en cada tubo. El trasplante consistiría en meramente mover juntos el tubo con la tierra al lugar donde vamos a colocarlos definitivamente.

En este caso los he colocado en dos zonas diferentes. Arriba y abajo, para ver en cual de ellas podrían funcionar mejor. La zona de arriba es bastante más suelta que la zona de abajo, por lo que espero que sea mejor para ellos.

Al abrir el suco fuimos haciendo un hueco donde vertimos agua, para que las raíces de ellos quedaran humedecidas en su zona inferior, la que podría ser más sensible. Luego los colocamos y tras poner algo de humus, cerramos la tierra procurando tapar el cartón para que bacterias y hongos fueran trabajando sobre el mismo.

Este año también tenemos media docena de plantas nacidas por su cuenta y posteriormente trasplantadas en el otoño, a las que protegimos con algunas cañas de maíz, estas están muy bien, pero este año el invierno no ha sido nada duro. Son plantas que tienen mucho más desarrollo que las que hemos trasplantado ahora. Ya veremos que tal funcionan todas ellas.©

Una manta sobre el suelo

Un día de esta semana pasada cuando llegamos al huerto nos encontramos bajo los álamos temblones una buena manta sobre la tierra, caída tras la acción del viento que estuvo soplando toda la noche.

Toda la zona bajo los árboles, alrededores y más allá, estaba cubierta por los restos de la floración de los álamos. Esta floración se organiza en racimos colgantes, llamados amentos. Como los álamos son una especie dioica nos vamos a encontrar con árboles de flores masculinas y otros de flores femeninas.

Desde finales de febrero y a lo largo de marzo las flores se han ido abriendo y dejando caer en el aire, el polen, en suspensión. En estas especies anemófilas el polen puede en ocasiones ser arrastrado cientos de kilómetros, más si la acción del viento es intensa.

Los amentos son casi de terciopelo. Presentan una textura densa y suave, que hace pensar en cómo sería su uso como relleno de un cojín. El colorido es amarronado con un toque rosado vinoso, que poco a poco desaparece del árbol para estar sobre el suelo.

La floración ha sido intensa. Tanto que al estar el árbol en una zona en la que no le llega regadío, salvo ocasionalmente, nos hace pensar si las raíces habrán encontrado las agua subterráneas, que bajo los estratos recorren la capa de las arcillas impermeables de la cuenca fluvial.

Amentos como desechos, residuos del proceso de la polinización. Estos árboles estarían extrayendo nutrientes y humedad de las zonas profundas. Nutrientes que caídos en torno al árbol al completar su función, completan un ciclo de reaprovechamiento de los nutrientes, volviendo ahora otra vez a la tierra y, tras su descomposición, a alimentar al árbol y la vida a su alrededor.©

El huerto en la segunda semana de marzo

Ya estamos pegando saltos en temperaturas. Así a lo largo de la semana nos hemos ido desde las mínimas de -5º, con máximas de 8º, a estar con temperaturas superiores a 18º y mínimas por encima de 10º. Los vaivenes de marzo se incluyen hasta en el refranero: Cuando marzo mayea, mayo marcea. Esperemos que se equivoquen en algo.

Hemos seguido sembrando: Patatas tempranas, guisantes, garbanzos, ….La tierra tras las lluvias tiene humedad suficiente, por lo que dadas las temperaturas lo sembrando en estos días no tardará en aparecer.©

Melocotones en flor dentro del invernadero

Desde hace años llevo realizando un esfuerzo para conseguir melocotones en el interior del invernadero. La realidad del clima de mi zona me ha demostrado que es una oportunidad más sólida de conseguirlos que la apuesta que son en el exterior.

A los melocotones que había cuando hablé de ello, en el año 2021, se les han añadido algunos más. En árboles, a los dos que había ahora se suma uno más, pero en dos de ellos hay diversos injertos. Aunque algunos apenas tienen un año de vida y no tienen flor este año.

Los melocotoneros están floreciendo en estos momentos. Aunque la floración en alguno de ellos ya está en sus etapas finales. El periodo de floración comenzó antes del último periodo frío y se ha intensificado con los calores de estos días.

En esta floración, aunque solemos abrir e invernadero durante el día para que entren las abejas y otros polinizadores, el papel fundamental en la polinización lo tiene el pincel con el que solemos repasar las diferentes flores.

El melocotón de Toro lo hemos dejado tal cual. Es el más regular, hasta ahora todos los años nos ha dado buena fruta. Su floración fue la más temprana y ya está casi superada.

El arbolito enano de flores fucsia que nos trajimos de Portugal, de frutos insípidos, tiene un injerto de tras años, que este año ha cuajado en floración abundante. El año pasado dio algunos frutos pequeños. Esperamos que en este, nos dejen saber lo que valen.

Luego tenemos un melocotonero nuevo. Nacido de semillas en el interior del invernadero. Sobre el mismo hay diferentes injertos. Primero se puso un injerto de los melocotones de casa y sobre esa base se le ha injertado el año siguiente, con melocotones de mejor calidad. Pero todavía no hemos probado nada. Uno de los aspectos más complicados es conseguir una floración homogénea. El primer injerto tiene algo de flor, los realizados el año pasado apenas una flor o dos, por lo que será difícil probarlos este año.

Lo que se que parece que les ha venido bien ha sido la poda que realizamos con ellos a final del otoño. Posiblemente tengamos que experimentar para ver si con ello los renovamos y podemos aumentar la floración. ©

Pasteles de requesón con limón

Estos pasteles son una masa de levadura que lleva de relleno requesón. Cuando me plantee realizar esta receta quería también hablaros del limonero que llevo cuidando desde hace ya unos años y del que vengo consiguiendo casi media docena de frutos cada temporada.

El arbolito lo tengo en la terraza de mi habitación y cuando llega la parte más fría del invierno lo paso para el interior de esta, donde suele florecer ahora al comienzo de la primavera. Esto me obliga a andar con el pincel dado que no hay otros polinizadores cerca.

Esta receta es por un lado una masa de levadura que lleva: 250 ml de leche tibia, 100 gr de azúcar, 1 huevo, un sobre de azúcar con vainilla, una pizca de sal, 450 gr de harina de todo uso y 20 gr de levadura fresca. Comenzamos mezclando la leche tibia con la levadura y la azúcar. A ello añadimos el huevo, la sal y la vainilla. Posteriormente incorporamos el harina y mezclamos todo junto. Amasamos la masa. Que queda bastante suelta, lo suficiente para amasarla. La ponemos en un bol, cubierta con una servilleta durante 30 minutos, en un lugar cálido.

Por otro lado preparamos el relleno. Lleva 500 gr de requesón (como no tenía suficiente mezcle parte de queso quark, por ello quedó más liquido), 100 gr de azúcar, 1 huevo, 50 gr de pasas, vainilla y la cáscara rallada de un limón. Ahí estaba mi limón todo oloroso para emplear. Pequeño, pero matón. No sé el motivo, pero su aroma no tiene nada que ver con los comprados, es completamente superior.

Batimos todo junto y dejamos que repose mientras preparamos la maza para rellenar.

Una vez que la masa ha fermentado (empleamos para ello el horno de la cocina, calentado cada cierto tiempo, a temperatura mínima), amasamos levemente la masa, para formar como un rulo que dividiremos en 12 porciones. Cada una de ellas la amasaremos hasta hacer una bola. Las dejamos reposar en una zona cálida, por lo que el proceso de fermentación no se interrumpe del todo

Vamos extendiendo cada bola con el rodillo en forma circular. Realizamos en cada círculo tres cortes. Cada sección la vamos a enroscar en tono a ese espacio central en el que colocaremos unas cucharadas de masa del relleno. También podemos enrollarlo primero y luego rellenar. Doblamos cada uno de ellos un poco como si fueran los pétalos de una rosa, y seguimos con el siguiente. Colocamos en la bandeja y quizá haya que acabar de rellenar allí.

Los colocamos en dos bandejas diferentes. El horno lo habremos encendido al comenzar a estirar la masa. Lo pondremos a 180º. Antes de meter al horno cogemos un poco de huevo y lo extendemos con una brocha por toda la superficie de la masa.

Se sacan del horno conforme se van poniendo dorados. Se les puede dar un poco de leche con azúcar antes de sacarlos para incrementar el sabor y el brillo. El pastel de requesón sabe fenomenal. La masa con el aroma de la vainilla y el limón resulta muy sabrosa. Es un placer para el paladar. Nos gustó mucho.©

El huerto en la primera semana de marzo

Esta semana ha sido muy semejante a la anterior, temperaturas diurnas frescas, salvo en el centro del día que se elevan un poco. Negativas bajo cero en la noche, que han oscilado entre los 0º y los -5º.

La tierra estaba buena para trabajarla, por ello hemos estado terminando de preparar la zona de arriba. Separando mucha de la grama, que al arar quedó suelta en la tierra y sembrando alguna que otra cosa (cebada y lino). También hemos seguido podando algunos de los frutales. ©