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La siega de 2020

En esta última semana además  de mantener el riego en el huerto hemos estado realizando la siega y posterior cosecha de los cereales que teníamos sembrados: 4 surcos de trigo, 2 de espelta y 2 de centeno.  Sembrados todos ellos con el sistema de laboreo mínimo.

Esto significa que para colocar la semilla en tierra se ha trabajado la tierra lo mínimo imprescindible.  Se han sembrado estos cereales en el mismo terreno donde ya estuvo la soja plantado el año anterior. Se realizó la siembra en octubre, meramente abriendo y luego cerrando el suco.

Este ha sido un año bastante anómalo en todo lo que tiene que ver con el huerto, y también en este caso con los cereales. No solo la cuarentena, que de cara a los cereales no afectó demasiado, sino en especial la cantidad de agua caída  en el mes de abril y luego las tormentas posteriores.

De modo que los hongos han tenido incidencia en este cultivo ecológico, en especial la roya amarilla. Y el centeno se ha visto afectado por el viento y un tanto caído. También han tenido incidencia en la cosecha la elevada cantidad de ratones y topillos que ha habido este año por todas partes, lo que se veía en los restos dejados, al segar. 

Ahora con la paja bien seca nos hemos puesto con la siega. Bueno lo ha hecho mi marido que  este año me aclara que este trabajo requiere maquinaria o habrá que dejar de hacerlo, pues no compensa en modo alguno el trabajo realizado para la cosecha recogida.

El trabajo no se limita a la siega. Si uno quiere eso es la parte fácil del trabajo, más para el trozo que tenemos sembrado. Lleva mucho más tiempo el extraer las semillas de la espiga y luego separarlas del grano: Cortar, pisar, majar, aventar, cribar, …. son todas tareas que se realizan a pleno sol. Pues con el cereal bien seco es  el modo en que mejor se separan paja y grano… Es un trabajo que lleva su tiempo. Todavía no hemos acabado.©

Ampliamos los cereales de invierno

Cebada asucada y con paja de cobertura, sin apenas trabajar la tierra

Cebada asucada y con paja de cobertura, sin apenas trabajar la tierra

Terreno a comienzos de noviembre, recién sembrado

Terreno a comienzos de noviembre, recién sembrado

La sementera está ya finalizada y los cereales de invierno nacieron bien y de momento  van con muy buen pie este año.  Ahora en el otoño hemos sembrado cebada de  ciclo largo, centeno, espelta y trigo. Este año hemos incorporado la cebada de invierno y el trigo respecto a lo sembrado el año pasado.

A la hora de sembrar  en la sementera es muy importante  el que la tierra esté bien de humedad. Este año ha estado bien en ese sentido, pues aunque las lluvias no han sido excepcionales si que han sido suficiente para asegurar una buena nascencia en los cereales sembrados.

Inicialmente habíamos pensado en poner  los cereales en la zona sembrada de patatas anteriormente, pero al final cambiamos de opinión y los hemos puesto en la zona exterior a la valla, entre esta y el canal de desagüe. En nuestra zona al sembrar hay que dejar si se cerca 4 metros desde la valla  y el canal de desagüe para  permitir labores de mantenimiento de este.

Es una zona donde de momento lo único que habíamos sembrado era un trozo para alfalfa, que se ha dado bien. De este modo nos aseguramos que sea un trozo que se mantenga libre de malezas. Será una zona donde iremos sembrando en plan más extensivo, dejando periodos de barbecho, intercambiando la siembra de cereales con algunas leguminosas.

Cebada

Cebada

Trigo barbilla

Trigo barbilla

Cebteno

Centeno

Espelta

Espelta

El terreno estaba muy desigual. Había zonas ya sembradas de berzas de años anteriores, otras roturadas de este año, asi mismo había una zona que estaba sin arar y sin arar se ha mantenido, pero en ella hemos colocado centeno sembrado a voleo por encima, y cubierto todo ello por paja de cebada.

Han tardado todos los cereales  en nacer, o al menos eso me ha parecido, pero ahora están bien y fuertes todos ellos. La cebada se ha colocado en una zona en paralelo donde está el área de experimentación. Con la tierra levemente arañada, colocando paja  directamente sobre las semillas sembradas en hilera. Las hierbas no parecen haber nacido, pero sin duda lo harán pues no se ha empleado ningún tipo de control de las mismas, pero si lo hacen cuando  la cebada esté ya fuerte, ya no podrán con ella.

Zona exterior de la valla

Zona exterior de la valla

El resto está fuera de la valla por este orden, según aparecen en la fotografía:

  • Lo primero un buen trozo de trigo, creo que trigo barbilla, he colocado  cinco  sucos que ahora van ya  muy hermosos, apenas ha nacido hierba entre los sucos. Más adelante tendré que abrir los sucos, pero será a finales del invierno.
  • Luego va el centeno, un trozo sembrado en sucos, bien nacido y  con poca hierba lo asucado, el otro trozo sembrado a manta y con paja, de momento va muy fuerte, es difícil saber si tiene hierba o no.
  • Finalmente está el trozo de la espelta. Colocada en la zona  donde había el año pasado colocado berzas, es una zona  bien labrada y  el cereal está bien nacido, va muy bonito.

En todos los casos como abono se  ha usado el humus de lombriz, pues de cara al invierno  se puede considerar uno de los mejores a emplear. Al mismo tiempo que nutre las plantas, asegura la renovación bacteriana del terreno y protege a las raíces de la intensidad de la acción de la helada, al asegurar una mejor asimilación de los nutrientes.©

Tras la siega, espigamos

Bajo el cielo de julio

Julio en la submeseta norte es época de realizar la siega. Nosotros hemos realizado  esta tarea segando algunos de los cereales que ya estaban maduros. El centeno, la espelta y la cebada tremesina estaban ya en sazón.  Cogimos  la tarea de mañana, para aprovechar la fresca y además la humedad de la noche  pues sino con el movimiento de la hoz  el cereal era fácil que  se desgranara y terminara en el suelo.

Segando la cebada

Con el centeno

Hacía calor. Es cierto que no es lo mismo que en el pasado  cuando eran días  y días segando de sol a sol, pero la paja rechaza la luz  del sol y genera en el entorno un ambiente sofocante.

Mi marido cogió ritmo, y casi todo fue tarea suya, yo apenas algo de la espelta que este año está particularmente bien granada.  El centeno tenía mucha espiga con poco cereal  pues se helaron cuando estaban en flor. La cebada quizá la sembramos muy junta, o la sembramos sin seleccionar las semillas usando de las que te venden para consumo, la cosa es que las espigas eran bastante desiguales.

Espigas de centeno

Espigas en el suelo

A media mañana ya habíamos finalizado, pero al quitar los mornales de la tierra me di cuenta de que el suelo estaba lleno de espigas. Espigas tanto en la cebada como la espelta, pero especialmente  el centeno. Daba la impresión de que o el último día de viento  se habían caido o bien los ratones ya habían iniciado la recolección. El hecho es que  las   espigas estaban en el suelo y estaban  bien llenas de granos.

Granos de espelta

Recogiendo espigas

Las fui recogiendo  una a una y  casi llené un cubo y no pude dejar  de recordar la historia de esta acción.  Cómo  el espigueo aparece ya desde la  biblia, cuando las gentes  segaban los campos y por mandato religioso dejaban las espigas para  que  viudas y huérfanos  pudieran encontrar algo para sobrevivir. Ellos pasaban por los campos seguramente agradeciendo  que viento y roedores hubieran quebrantado las espigas y tirado al suelo,  y que el campesino fuera buen creyente y las dejara en el campo. Esta práctica  se mantuvo a lo largo de la historia  y todavía  a finales del XIX era bastante  habitual,  hecho que queda reflejado en una obra  realista de  Millet. Este  nos deja un bello cuadro: Espigadoras  como recuerdo de esa tarea realizada  a lo largo de todas las épocas por  el grupo social  más pobre y desfavorecido  en las áreas rurales del mundo occidental . ©

Aquí os dejo un vídeo que he montado con las imágenes de la siega del centeno:

Espigas, diferentes soluciones a un problema

Centeno

Cuando se piensa en espigas normalmente se piensa en las gramíneas (Poaceae), pero no son de hecho las únicas plantas que adoptan esta disposición en su flor,  hay otras, aunque son uno de los mejores ejemplos que podemos encontrar.

Llanten menor en flor

Yo encuentro particularmente bellas he interesantes las espigas de las gramíneas, creo que son  una solución de gran inteligencia en el diseño floral. Las espigas  suponen un avance en el diseño de la flor  pues suponen una disposición de la flor en vertical, frente a la flor única o la  disposición en el plano horizontal que realizan las compuestas o la disposición a diferentes planos que  pueden realizar las umbelíferas.

Briza máxima

Cebada

Suponen una disposición especialmente  exitosa, copiada por el ser humano en la ocupación en altura que se desarrolla en la ciudades y  es una economía de espacio necesaria cuando las plantas son numerosas, como suele ser habitual en el hábitat preferido por las gramíneas: las praderas.

Phalaris

Festuca

Holcus

En ese hábitat el número de ellas es elevado  y todas necesitan fructificar, compitiendo unas especies con otras,  En esa disposición en vertical, cada especie adopta diferentes soluciones. Soluciones que  van desde la espiguillas  como elemento base con una o más flores, hasta la agrupación de espiguillas en inflorescencias  de tipo racimoso.

Espelta

Con todo este despliegue  el objetivo siempre es facilitar la fructificación  y para ello el intercambio de pólenes, bien  a través de algunos pocos polinizadores  pero sobre todo a través del a movimiento que el viento puede imprimir a los pólenes que se ven desplazados   mecidos por la brisa,  intercambiándose   los unos con  otros o  incluso  en ocasiones se autopolinizan.

Nosotros en el huerto contamos con diversos tipos de espigas unas para el consumo  del grano como el centeno, la espelta, la  cebada,  el alpiste,   … otros de tipo forrajero, que nosotros desaprovechamos de momento como grama,  Holcus, Poas,  Avenas, Festucas,  Lolium, … una gran  y fascinate variedad y eso que solo hablamos de espigas, si además nos metiésemos con los mecanismos desarrollados por las semillas para dispersar estas por un territorio habría mucho que decir. ©

Centeno y espelta a toda velocidad

Ambos mano a mano

A lo largo del invierno  se ha mantenido el crecimiento del centeno y de la espelta a un ritmo lento. Más frágil en apariencia la espelta que el centeno, pero los dos  en su lento avance .

Primer plano de la espelta

Con la llegada de la primavera, el aumento de las lluvias y el incremento de las temperaturas ambos han entrado en una vorágine, a través de la cual se les ve crecer de día en día y engrosar sus tallos.

Entre lluvia y lluvia en una de las semanas que despejó les aricamos, cavando entre los sucos,  eliminando las malas hierbas.

Desde ese momento su respuesta ha mejorado el rendimiento, y ahí estamos en este momento. El centeno sigue siendo una planta más rústica, tanto en crecimiento, como en grosor de sus tallos, mientras que la espelta presenta un volumen de materia verde menor, pero manteniendo la diferencia, avanza a buen ritmo.

Centeno con inquilina

Tallos del centeno

Nos hemos planteado si incorporarle algún aporte de abono más ahora, pero hemos decidido que no, que podríamos correr el riesgo de que posteriormente cuando grane por el peso de la espiga, si crece demasiado, a  la planta  se le doblasen las cañas.

El tiempo esta siendo muy bueno para el cereal que ha multiplicado su crecimiento, pues está aportando humedad, al tiempo que  temperaturas más elevadas de lo habitual para estas fechas.

Veremos qué tal fructifica y cómo resulta la cosecha.Ya os contaré.  Si todo resulta como espero, quizá al  próximo año me plantee  sembrar algo de trigo panificable, para experimentar con él,  ssiempre que consiga  encontrar y comprar la semilla.

¡Se me olvidaba! no hemos comentado nada respecto al centeno para abono verde que este año tal y cómo ha venido el año todavía no lo hemos podido  incorporar a la tierra, pero si hace bueno unos días le daremos la vuelta, para enterrarlo,  en cuanto podamos, pues necesita tiempo para pudrirse bajo tierra antes de sembrar. ©

Nuestras gramíneas crecen

Plantas de centeno

Hasta ahora había conocido solo   desde  la teoría  el desarrollo de las gramíneas en invierno.

Ahora  al haberlas incorporado a nuestro huerto, su desarrollo resulta especialmente interesante. Es curiosa la diferencia evidente entre la espelta y  el centeno.

Cómo el centeno  manifiesta una potencia de la que carece la espelta.

El centeno se presenta como una planta a la que el invierno no le afecta. Dura y tenaz,  orgullosa de su rusticidad. La espelta o al menos de momento eso parece, es más delicada y de estructura más fina, de menor desarrollo.

Plantas de espelta

En ambos casos estoy esperando que deje de llover y se seque un poco la tierra, para echar un ojo a las hierbas que las acompañan pues en las fotos me ha dado la sensación de que a la espelta además la acompaña grama. Si eso fuese así habría que intentar eliminarla cuanto antes o al menos controlarla, pues eliminarla resulta complicado.

Creo que una escarda para eliminar la competencia sería beneficiosa para ambos. Pero la tierra de momento está muy pesada. por lo que no creo que sea conveniente andar con ella.

El desarrollo del centeno es bueno tanto el que tengo en los sucos como el sembrado para abono verde. Creo que si sigue así la zona donde está resultará muy beneficiada, pues al crecer con tanta fuerza sus raíces penetraran profundamente  beneficiándose el suelo, además de que  el centeno  no necesita un suelo rico para desarrollarse, junto con el hecho de que crece rápido.

Entiendo por qué razón se empleaba tan frecuentemente en la agricultura de subsistencia de esta zona en el pasado. pues además ofrecía la posibilidad de utilizarlo como forraje de primavera para los animales si resultaba necesario.

Enlaces sobre abonos verdes: Uno y otro

Cultivo de Espelta o Escanda

Semillas de Espelta

Recordáis la espelta que nos regalaron en Ecocultura, la feria de productos biológicos. Pues  bien la hemos plantado en la sementera al mismo tiempo que el centeno.

Para ello abonamos un poco la tierra, la aramos con el motocultor, y posteriormente la echamos a tierra. Era muy poca cantidad, ademas de ir con la envoltura, y estas engañaban pues parecía que había muchas, pero muchas de ellas habían perdido el grano.

Espelta soportando la helada

Pero bueno a lo que íbamos, la pusimos en tierra y allí ha estado una buena parte de la sementera, llegamos a pensar que no nacía,  y cuando lo hizo era menudas plántulas alargadas, que pensamos que no saldrían adelante. Pero todavía ahí están se han fortalecido, no presentan la densidad del centeno, pero esperamos que nos lleguen a dar grano suficiente para intentarlo más en serio algún año más.

En esta época las plantas  están soportando el invierno como pueden,  se podría decir que   han encogido pues la helada parece que hace que se encojan y se metan un poco bajo tierra, buscando refugio.