Esta sementera ha venido muy buena para el trigo. Este año lo que hemos colocado como cereal de invierno es trigo con argañas. Un tipo de trigo que presenta barbas lo que lo hace menos atractivo para la fauna silvestre, motivo por el cual no resulta tan atacado por esta.
Nosotros solemos colocar el cereal asucado, no a manta, de manera que queda elevado respecto al resto del terreno. Esto tiene buenas ventajas para el cereal. Por un lado evita los encharcamientos, que además en el cereal no son nada recomendables, más con la abundancia en el suelo de arcilla. Por otro lado el asucado ayuda a eliminar las malas hierbas y nos permite cada cierto tiempo pasar el motocultor.
Este año al sembrar el trigo hemos repetido un patrón que ya aplicamos el año pasado. Al finalizar la recolección de la soja, que meramente se segó, se abrieron los sucos y en ese lugar se colocó dentro la semilla del trigo. Al mismo tiempo se echó algo de humus sobre las semillas. Posteriormente se cerraron los sucos. Nada más y nada menos. Ya estaba el proceso en marcha
La sementera ha sido este año un tiempo relativamente suave, hasta ahora. En este periodo el cereal ha nacido bien y sin desarrollar demasiadas hierbas, va creciendo con fuerza. Ahora, ya con un buen desarrollo, la llegada del frío no impedirá el ahijamiento de las plántulas de trigo.
Este sistema de laboreo mínimo funciona bastante bien en el huerto. De modo que en dos años de la misma zona se sacan adelante sin voltear la tierra tres cosechas diferentes: Por un lado la primera: la soja, que ya se ha recogido. A continuación la segunda: el cereal que finalizará su recolección en el mes de julio. Finalmente tras el cereal la tercera: la siembra de las patatas tardías
Todo el proceso no concluye hasta el inicio de la sementera siguiente. A tiempo si se quiere para reiniciar el ciclo. Mientras tanto la tierra se va enriqueciendo y curiosamente se mantiene suelta y sana.©