Las plantas crucíferas son un componente importante de las verduras del huerto en invierno. Desde las coles de Bruselas, pasando por los diferentes tipos de repollos, las berzas y cales, nabos, colirrábanos, mostazas, así como los diferentes tipos de crucíferas asiáticas. Todas ellas alcanzan frecuentemente su mejor momento en la temporada otoño-invernal.
Todas ellas pertenecen a la familia Brassicaceae y comparten en conjunto una serie de componentes activos, destacando los glucosinolatos, que en el organismo se metabolizan en isocianatos. Estos compuestos azufrados han demostrado un potente efecto protector ante numerosos cánceres: de mama, próstata, cáncer colorrectal, de vejiga, de pulmón, e incluso el cáncer tiroideo.
El sabor picante, especialmente en la mostaza, se debe a ese compuesto, sabor y propiedades que se pierden con la cocción. Por eso para fomentar esta acción antitumoral conviene consumir estas verduras crudas en ensaladas, chucrut, encurtidos,…
Las crucíferas son muy ricas en calcio, que se presenta en una forma de fácil absorción por el organismo, que además se complementa con la presencia de potasio, magnesio, vitamina K, todo ello muy conveniente para el fortalecimiento de los huesos.
Las crucíferas son nutritivas y depurativas. Con un elevado poder saciante, por la presencia de la fibra. Con propiedades antioxidantes que las hacen buenas para depurar el hígado o para reducir el colesterol LDL. Ricas en vitaminas como la vitamina C, que estimula el sistema inmunitario. Con su rico color verde intenso las plantas hablan de su riqueza también en vitamina A.
Además son verduras muy beneficiosas para el huerto tanto en su uso como abono verde, un claro ejemplo es el empleo de la mostaza con este fin. Estas plantas ayudan a fijar y extraer los nutrientes de las capas profundas, además de producir nitrógeno que mejorará las condiciones del suelo al incorporarse a este.
Por otro lado con su presencia en el suelo, debido a los aceites esenciales sulfurados, ayudan al control del crecimiento de ciertas hierbas ya que inhibe la germinación de estas y presenta efectos fungicidas sobre ciertos hongos naturales en el suelo, reduciendo estos.
Por todo ello hay que cultivar esta familia en el huerto, diversificando las plantas, siempre sin perder de vista que todas ellas proceden de una misma especie la Brassica oleracea, evolucionadas y diversificadas en todas sus variedades.©