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Y ahora …¡también las lechugas!

A principios de este mes salió como noticia el estudio realizado por investigadores austriacos sobre los niveles de contaminación que pueden alcanzar las hojas de las lechugas y otras hortalizas de hoja, como consecuencia de las partículas liberadas al medio, al suelo, a las aguas, … procedentes del desgaste de los neumáticos entre otros (ver enlace). Se liberan así aditivos que acumulados en las hojas resultan altamente peligrosos para la salud.

Resulta tremendo que haya que cuestionar la calidad de hasta la inocente lechuga. El mundo en el que vivimos se está convirtiendo, dada nuestra forma de vida, en una trampa mortal, que poco a poco nos aprisiona. Hablamos de progreso, pero solo en la medida en que miramos en una dirección, si intentamos tener una visión más amplia nos encontramos encadenados y condenados, por nuestro propio desarrollo.

En algunas ocasiones vivir en una de las provincias con baja población y menor desarrollo industrial resulta un privilegio, pero ¿ quién se escapa de las carreteras? ¿Quién no utiliza coche y desgasta neumáticos ( hasta los eléctricos), o tiene a su alrededor autovías con tráfico continuo?

Estamos en un momento en que se comienzan a poner los semilleros que nos darán lechugas no tardando mucho. Es una planta de crecimiento rápido que subirá con el calor. Las pondremos en un suelo que quizá tengamos suerte y esté libre de esas substancias que se acumulan en las hojas de las lechugas haciéndolas dañinas para el organismo. Pero, ¿ cuántas lechugas se cultivan junto a carreteras o en los márgenes de las ciudades, con sus miles de coches emitiendo partículas contaminantes?.

Me gusta la lechuga, me encantan las primeras tan dulces en contraste con las verduras del invierno que siempre llevan un toque mas amargo, sobre todo si se piensa en escarolas y achicorias. Pero al recordar noticias así, las lechugas ya no serán tan dulces, ni tan inocentes en el plato.©

Preparando la Caña de Castilla

Una de las plantas que tenemos en el huerto y que usamos de forma variada es la caña de Castilla, científicamente conocida como Arundo donax. Una hérbácea que puede alcanzar los 5-6 m. de altura.

Es una planta que tiene una gran capacidad de crecimiento siendo capaz de colonizar amplios territorios, sobre todo en aquellos lugares donde puede encontrar humedad a su disposición. Una extraordinaria productora de biomasa, pero eso también implica la posibilidad de poder perder en control sobre ella, ya que posee un fuerte potencial invasor.

Nosotros cuando la colocamos en el huerto buscábamos en ella las posibilidades que ofrece como generadora de varas ligeras, flexibles y resistentes. Para este uso hay que podarla anualmente. Nosotros la colocamos en una zona donde tenemos cierto control sobre ella. En la zona cercana a la entrada. Donde se puede regar, pero habitualmente solo recibe un par de riegos a lo largo del verano. Ahí con la presencia del agua crece bien, pero hasta ahora con cierto control.

Las cañas antes de ser usadas deben prepararse, secarse para que se endurezcan. Aquí su ciclo vegetativo es más corto que en las zonas de más al sur. Por ello solemos esperar hasta el inicio del otoño para hacer su poda, secado y posterior limpieza.

Las cortamos a ras del suelo en el lugar donde se encuentran. Luego las ponemos a secar sobre el cemento. De ese modo al calentarse el cemento el proceso de secado es más rápido. Conforme se van secando, las vamos podando y despojando de todas su hojas.

Las varas ya limpias se atan entre si en haces para mantenerlas controladas y las seguimos dejando sobre el suelo de cemento para que se sigan secando y lo hagan rectas. Todo ello en un otoño que ha venido muy seco, por lo que la tarea se hace más fácil. En invierno hay que procurar dejarlas donde no se mojen. De ese modo su tiempo de conservación es mucho mayor.©

A la búsqueda de la mejor orientación

Cuando en un comienzo sembramos el huerto uno de los aspectos básicos que tuvimos en cuenta fue el de la orientación de las hileras de cultivo, que decidimos realizar en surcos de norte a sur.

Con ello pretendíamos que las plantas tuvieran una exposición solar equilibrada, con máxima recepción de luz desde el este y el oeste, y menor cantidad desde el propio sur.

De ese modo la luz de la mañana llegaría hasta ellas en mayor intensidad en la mañana, a mediodía la propia hilera supondría la existencia de sombra para la fila de plantas y la luz volvería a incidir sobre las plantas en la caída de la tarde.

Pero, ¿es esta una buena orientación con el cambio climático? ¿Debemos replantearnos el cómo hacemos las cosas? Quizá si la disposición de las hileras fuera este-oeste, pudiéramos colocar plantas de más altura en la zona sur, que actuaran de pantalla y frenasen el sol, de modo que produjesen sombra para disminuir la cantidad de radiación que reciben el resto de plantas que se colocarían detrás. Quizá haya que experimentar con ello.

Pero nuestra experimentos hasta ahora han ido en otra dirección. Lo que hemos hecho este verano ha sido jugar con la posición de las plantas como pantallas unas de otras. Partíamos de la idea de que en verano la posición del sol asegura mayor incidencia de la luz en las fachadas este y oeste.

Si a las plantas les coloco una pantalla, en esas zonas se reduce la radiación. Si esa pantalla la puedo levantar con aquellas plantas que tienen más altura, en paralelo a estas puedo colocar otras que estarían durante una parte de la mañana o de la tarde protegidas de los rayos solares. Reduciría las zonas en que cada planta recibe la intensidad de los rayos solares y la cantidad de horas que estos le llegan. Así las plantas en épocas de calores intensos sufrirían menos.

A todo esto hay que añadir que hay plantas que gustan, más que otras, de la intensidad del sol. Hay que fijarse en cuales son más sensibles para protegerlas especialmente. En ello estamos.©

¡¡¡ Feliz Navidad 2021 !!!

Quiero desearos una feliz Navidad 2021 con la belleza rústica de una de las todoterreno del huerto: La berza. Humilde y resistente, pero según todos los estudios una de las verduras más potentes y saludables del Huerto. Con ella os deseo la fortaleza y la salud, la resistencia y la paciencia. ¡¡¡Buena Navidad para todos!!!

Feliz Navidad 2021

Otros usos para el maíz

Este año mis tallos de maíz han crecido fuertes y sanos, por ello he decidido experimentar con el un uso al que llevo dándole vueltas un tiempo: Su empleo como protección contra los vientos del norte en el cierre perimetral. Ya el año pasado lo intentamos en los frutales, pero esto es más a modo de pantalla protectora de carácter general.

El maíz presenta un tallo fuerte que sino queda expuesto a la humedad continuada tiene una gran resistencia. El año lo resiste bien, aunque pienso que podría ser aun más tiempo. Para ver que posibilidades presenta y dado que tampoco supone un trabajo duro y mucho esfuerzo, hemos comenzado a cortar el maíz al tiempo que lo vamos colocando apoyado y atado en la valla exterior.

Qué espero conseguir:

  • En primer lugar frenar la acción del viento y reducir el movimiento de las masas de aire frío. Espero que ello ayude a crear cierto microclima en el huerto.
  • Reducir la luz sobre la zona exterior de la valla para que haya menor crecimiento de las zarzas. En el interior hemos arrancado las zarzas que hemos ido viendo y, tras allanar el suelo, hemos colocado cartones para que las zarzas no salgan bajo estos. Veremos si con ello se reduce su número.
  • Frenar y actuar de barrera del movimiento de las masas de aire, cuando el vecino, agricultor de la zona, trata el cereal que siembra con las técnicas habituales.
  • Emplear el mínimo de plástico posible, para limitar que puedan quedar sus residuos (No consigo encontrar un material tan versátil como el plástico para las cuerdas). Es un material orgánico que al cabo de un tiempo tendrá que ser renovado y totalmente biodegradable.

¿Qué podría ir mal? sin duda podrían ir mal algunas cuantas cosas:

  • Podría suponer un obstáculo para el viento que ofreciera resistencia a este y terminara tirando la valla. Esta es una posibilidad, aunque por otro lado no es un tapiz compacto y espero deje pasar una parte del viento y con ello reduciendo su acción.
  • Podría retener humedad en las hojas y tallos que en contacto con las mallas de la valla facilitasen la oxidación de esta. Aunque humedad presenta con cierta frecuencia dado que sobre ellas se condensa el rocío y la helada, pero habrá que ponerlo en práctica y estar atentos.
  • Aunque hay bastantes tallos de maíz, no creo que me de para todo el lateral norte. Intentaremos alargarlo todo lo posible.

La tarea ya está comenzada. Espero que en lo que queda hasta final de año podamos irla concluyendo, pero de no ser así empezaremos el año con ellos. ©

Despejando el invernadero

Situación a finales de setiembre

El invernadero a lo largo de este año se ha ido poniendo salvaje. Las plantas, especialmente las parras con el calor húmedo de su interior sacan muchas hojas creando un celaje que ha ido sombreando progresivamente el interior.

Así que esta semana me metí con todo lo que sobraba en el interior. Especialmente con los sarmientos de pequeño tamaño que aumentaban los niveles de sombreo y que inevitablemente deben ser eliminados. Fui progresivamente eliminando estos. La base era dejar los racimos que todavía hay y las ramas principales, así como las hojas que permitirán a la parra mantener e incrementar sus reservas, eliminando el resto.

Pero no era lo único, en el centro estaban las ramas y cañas de los tomates que había en el interior. También comencé a quitarlos, por lo menos en uno de los lados. En el otro los mantendré todavía unas semanas.

Así mismo fui recortando algunas de las ramas de los árboles que hay en su interior. Aquellas las varas que chocan contra el plástico. Es el caso del melocotonero y del albérchigo, así como las cañas jóvenes de los nísperos. Despejando para que podamos darles algún tratamiento contra los hongos, antes de que empiece el frío.

Como pretendo poner unas lechugas y unos guisantes en el interior también quería despejar el nivel del suelo, quitando todos los restos vegetales, al tiempo que cavaba el mismo.

La zona del fondo todavía se mantiene muy sombreada, pero para eliminar esa sombra tendré que trabajar en el exterior eliminando las zarzas que han ido levantándose en la valla y trepando por las paredes del invernadero, tarea que iré realizando en la próxima semana. ©

Nidos con plásticos

Este año los mirlos anidaron en el jardín de casa, encima de unas matas de frambuesas. Colocaron el nido justo sobre el punto donde varias cañas de frambuesa estaban atadas a un palo que hacía de soporte.

Es el segundo año que anidan en la misma zona. Ya el año anterior hicieron lo mismo. Como sacaron adelante su nido, este año volvieron a repetir la jugada, que también les salió bien, aunque con algunos tropiezos.

El nido de este año fue el resultado de dos intentos diferentes. El primero de ellos, después de trabajar varios días, se les desmontó y cayó al suelo. En la segunda ocasión hubo más suerte o estuvo mejor hecho. La cuestión es que todo salió en esta ocasión bien. No me gusta molestar a los pájaros mientras están anidando por lo que no tengo ninguna foto sobre el nido con los polluelos.

Los mirlos hace tiempo que han volado, aunque todavía se ve a los pájaros jóvenes siendo alimentados por sus padres, o repitiendo los movimientos de estos. A los frambuesos remontantes les llegó el momento de podar las cañas viejas para que en los tallos nuevos comiencen a desarrollar su segunda cosecha del año. Había que retirar los nidos, tanto el nuevo como el viejo.

Ha sido entonces cuando me he fijado en cómo estaban hechos. Llené una bolsa de basura con todos los restos, orgánicos y no orgánicos que había en ellos: bolsas, guantes de plástico, resto de cuerdas, cordones, cintas de colores, papel de aluminio, restos de redes, hilos de plástico,… todo ello mezclado con restos orgánicos, tierra,…

Los nidos de los pájaros nos hablan de la sociedad desastre que somos. De nuestra relación enfermiza con los plásticos. Unos plásticos que han terminado eliminando las alternativas orgánicas que había a su uso, por comodidad, o por menor coste. Porque los plásticos son baratos, accesibles, disponibles, cómodos,…. y tantos y tantos adjetivos más. Lo malo es que están contaminando toda la cadena de la vida mientras cómodamente seguimos usándolos y miramos para otro lado. ©

Colando voy

Nuestros primeros intentos

Colando voy. Así me encuentro ya que en esta época, donde, con el inicio de la calor, el crecimiento de las plantas y la proliferación de las plagas, vamos necesitando pulverizar los distintos extractos y abonos foliares que empleamos en el huerto.

Extractos y purines

Para la pulverización es importante el poder colar los extractos y los macerados con el menor residuo posible. Esto es especialmente importante en los fermentados donde las plantas empleadas y abonos crean en ocasiones poso que si se no se cuela bien termina obstruyendo las bocas de los pulverizadores.

La acción de colar los macerados lleva tiempo y dependiendo de la cantidad de líquido a colar y de la eficacia de los coladores que empleemos podemos encontrarnos ante una tarea engorrosa.

Por eso quiero mostraros este ingenio que vi en un vídeo del oriente asiático. Un ingenio que se puede elaborar con el cuidado que se quiera, pero que en realidad lo que se necesita es un par de palos (en mi caso toscos pero resistentes, de fresno), una cuerda y una tela cuadrada de entre 070 cm a 1 metro, adecuadamente tupida para actuar de filtro de nuestra maceración. Debe quedar colgado a cierta altura, pues la fuerza de la gravedad también ayuda. Pero cómodo para echar los preparados.

Los palos, que deben ser similares, se atan en cruz, es conveniente una unión sólida. Se cuelgan tomando de eje el centro de esa cruz. Se ata el trapo a una distancia equidistante del centro de la cruz. Debe colgar y hacer algo de bolsa. Luego se vierte el líquido en el interior y se mueve de forma circular para que el líquido pase a través del tamiz que estamos utilizando.

He probado diferentes modos, pero creo que lo más eficaz es colar lo tosco en un inicio y luego filtrar así lo más fino. Lo empleo en todo tipo de extractos fermentados (cebolla, ortiga, cola de caballo,…), en los macerados (manzanilla, ajenjo,…) abonos foliares y incluso en los vinagres que hacemos en la finca para eliminar la madre.

Funciona bien y es más rápido que los coladores que solía emplear. Solo queda limpiar el trapo y dejarlo listo para la próxima vez. Lo podemos hacer con agua o en seco eliminando los restos que quedan en el paño al secar. Se pueden tener varios dependiendo de los usos que queramos darle.©

Nominación blog del día

Algunos de nuestros lectores nos nominó como blog del día, por lo que estamos agradecidos,  y hemos  realizado una encuesta para esta publicación en la que respondemos a las siguientes cuestiones:

¿Por qué te decidiste a iniciar el blog?
¿Cuál es el propósito del blog?
¿Alguna experiencia o anécdota destacable como blogger?
¿Qué esperas del blog en el futuro?
¿Cómo es la persona que hay detrás de este blog?
¿Qué dirías a los bloggers que empiezan?

Aquí tenéis un enlace a  los premios Blog del día dónde podéis seguir la encuesta por si fuera de vuestro interés. Muchas gracias por la atención con la que nos  seguís.  Un cordial saludo para todos.

Construcción de un gallinero. Fase I

Con bastantes ideas  en la cabeza nos pusimos a trabajar en el gallinero.  Disponíamos de  dos trozos, de unos 3 m. por 2,20 de mallazo de construcción.  Ellos iban a ser claves en  nuestra idea de construcción. Disponíamos  también de  tablas y  listones de madera  que  nos ayudarían a darle estabilidad y sujeción.

Comenzamos en un primer momento curvando los mallazos y asegurándolos con cuerdas.  Debían ir cogiendo la forma y con el taladro realizamos en el extremo de los listones agujeros por donde fuimos introduciendo los hierros extremos del mallazo, ajustándonos a los planos del proyecto.

A continuación fuimos ajustando  en los frentes los listones verticales y horizontales necesarios para disponer  sobre ellos los puntos de apoyos correspondientes a puertas, ponederos y dormidero. Seguimos encajando los listones  madera en el mallazo siempre  que es posible. Unos en sentido longitudinal,  otros en sentido trasversal,  e incluso en vertical. Todos ellos unidos entre si con tornillos y tuercas.

En este proceso de  colocar travesaños las barras trasversales son de gran importancia , ya  que servirán de punto de apoyo para  el ponedero y para las barras de dormir. Estas las he realizado con diversas ramas de madera de chopo y de fresno, para que elijan cual puede ser más de su gusto.

El piso del interior del  gallinero queremos que quede elevado del suelo. Colocando  un mallazo que se apoya en sendas tablas  en los frentes. Se cubre todo ello de malla galvanizada y barras de hierro soldadas en algunos casos.  La tarea es sobre todo engorrosa y lenta al tener que ir atando la malla sobre la estructura de hierro con alambre, procurando siempre no dejar  alambres desnudos con los que  se puedan las gallinas lastimar las patas.

Una vez ajustada la base de la estructura, colocamos  todo alrededor malla de alambre galvanizada. De este modo tanto  la  parte del gallinero como la del corral quedan totalmente cerradas y protegidas. Pusimos la  malla más cerrada cerca del suelo y la exagonal en las zonas mas altas. Fue un buen rato cortando y atando con alambre galvanizado a la estructura de mallazo.

Lo que queda no es de menos importancia e igualmente laborioso, pero como todavía estamos trabajando en ello, os lo contamos en la  próxima  entrada.©