Uno de los productos con los que por primera vez he andado experimentando este año en la germinación de semillas ha sido el Peróxido de Hidrógeno, más conocido popularmente como Agua Oxigenada.
Este es un producto fácil de localizar en el comercio y fácil de usar, que por lo visto tiene propiedades muy versátiles, pues además de su empleo tradicional como desinfectante de heridas, se puede emplear para ciertos usos en la agricultura ecológica, pues de entrada no genera subproductos peligrosos tras su uso, disolviéndose en elementos habituales en el medio natural como oxígeno, agua, … inocuos en el medio natural o para las personas.
Su empleo en la germinación de las semillas tienen que ver con su carácter oxidante y con la presencia de oxígeno que activaría la salida de la dormancia de las semillas y la activación de los embriones.
Además el Peróxido de hidrógeno es un potente biocida, lo que permitiría una desinfección de las semillas, con lo que se inactivarían virus, esporas, hongos,… Aspecto importante en la prevención de problemas en los semilleros. Todo ello con muy escasa fitotoxicidad y siendo 100% degradable.
Para ello se debe emplear en la forma más habitual en el mercado que es en una disolución del 3%, pues también se puede encontrar en porcentajes de disolución más amplios, como desinfectante de amplio espectro o blanqueantes. Sustituyendo frecuentemente al cloro. Pero esos no se deben emplear o habría que diluirlos considerablemente con agua.
En mi caso, tomando un pequeño volumen de agua oxigenada, coloqué las semillas de tomates y pimientos en ella durante una noche, sembrando las semilla al día siguiente. Ya os contaré como me ha ido en la germinación de esas semillas en relación con otras que no han sufrido este proceso, pero que también puse en agua de remojo el mismo día.©