El huerto en la segunda semana de mayo

En esta semana las temperaturas se han duplicado. De temperaturas rondando los 15º al inicio de la semana hemos pasado a otras cercanas a los 30º, lo que es un buen salto. La atmósfera con este vaivén de temperaturas y humedad, está claramente inestable. La tierra conserva humedad, por lo que la hierba está disparada.

Nos hemos dedicado a preparar terreno y a ir colocando en tierra algunos de los cultivos. Unos bajo túnel, los otros en siembra directa.©

Trasplantando tomates en mayo

Este año voy tarde con los tomates. En los semilleros no ha habido demasiado calor y su crecimiento ha ido más lento que otros años. Por ese motivo decidí que no iban a tener más calor en los túneles si los pasaba para allí. Qué mejor continuaban dentro del invernadero.

Dado el calibre de la helada de la última semana del mes de abril fue un acierto, pues posiblemente se los hubiera llevado por delante. Ahora estamos pasándolos para el exterior. Es posible que allí todavía sufran, pero espero que no llegue a ser extremo el daño.

Los tomates yo los germino en pequeños alveolos y pronto este se les queda pequeño, momento en que aprovecho para colocarlos en recipientes individuales. Ahora ya hacía tiempo que estaban allí, incluso empezaban a necesitar más. Era el momento de su trasplante.

Para realizar el trasplante comienzo con regar los tiestos, lo que hace que la planta se pueda sacar sin dejar sueltas las raíces, luego les damos la vuelta al tiesto y con un pequeño empujón sale el cepellón.

Hago un hoyo con dos puñados de humus, algo de ceniza y unos gránulos de cal y adentro. El trabajo se hace muy sencillo y las plantas apenas sufren. De todos modos en el invernadero quedan plantas suficientes por si hubiera que reponer.

Este año voy a probar a colocar una sola hilera de tomates, pero los voy a sostener de forma similar al año pasado, Como el túnel quedaría muy vacío y sin función, he aprovechado para colocar otras plantas (esto favorece su crecimiento y adelanto así su recolección).

Así bajo el túnel, en paralelo con los tomates comencé sembrando unas judías verdes de mata baja, luego trasplanté unos pepinillos, ya de buen tamaño, para tenerlos temprano. A continuación también he trasplantado unas lechugas, y unos hinojos, así como unos calabacines en los comienzos del túnel. El otro lado de los tomates irá con pimientos, pero de momento está vacío, los colocaré dentro de unos días.

El túnel queda de buen tamaño. Demasiado largo para dejarlo sin ventilación (eso favorece que los pulgones cojan mucho apogeo). Por ello cada cierto espacio, la distancia del plástico, dejo una zona sin cubrir antes de volver a colocar plástico. Mientras no haya riesgo de helada lo mantendré así. ©

¿Tendremos pawpaws?

Pawpaw en flor antes de la helada

Una de las mayores curiosidades que tenemos sobre la fruta del huerto es conocer el sabor de la Asimina triloba, más conocida como Pawpaws. El Banano de montaña nos tiene en suspenso. Esperábamos que este año la margarita se deshojase a favor de tener frutos y permitirnos probarlo. Pero de momento no pinta demasiado bien.

He aquí nuestra andanza con los Pawpaws a lo largo de la primavera. De entrada decir que la Asimina por estos lares es de crecimiento lento, aunque en los últimos 2 años se ha animado un poco. El año pasado dio flores, pero no frutos. Este año comenzamos con muchas esperanzas. Los Pawpaws estaban estupendos. Muchas flores en los dos Pawpaws. Eran tres injertos diferentes que había que polinizar entre si, pues las flores no se autopolinizan.

Fruto cuajado, en final de fase masculina
De experimentos

Las flores de los Bananos de montaña pasan la mayoría de ellas por dos fases diferentes, primero femenina (en la que deben recibir polen masculino para polinizarse) y luego masculina, en la que el propio polen madura y puede polinizar a otra flor. Está claro que no todas las flores se abren y maduran al mimo tiempo, lo que permite el entrecruzamiento de los pólenes.

Para conseguir la fertilización del fruto hay que aprovechar la oportunidad y estar atento. Todo iba bien. Teníamos muchas flores y algunas de ellas tras usar el pincel e intercambiar pólenes ya parecían tener el fruto cuajado, cuando cambió el tiempo y con ello llegó el frío y la helada.

Aunque anduvimos haciendo experimentos y forramos las ramas con papel para protegerlas, solo en algunos casos esto funcionó. Al final de las heladas el daño fue grave solo algunas de las flores se salvaron.

Tras la helada

Unas eran flores en pleno desarrollo, otras todavía pequeñas aunque han ido creciendo. El problema con algunas de ellas es que no haya polen suficiente para poder intercambiarlo en la fase adecuada. No hay nada claro sobre si se salvarán y cuajaran. Está en el aire la mera posibilidad de que podamos llegar a saborear los llamados Bananos de montaña.©

El huerto en la primera semana de mayo

Esta semana ha estado fría en el contexto general de un mes de mayo. Con temperaturas que han dejado máximas de 20 º y mínimas rozando los 0º, eso los días en que no ha helado algo. También hemos ido teniendo lluvias suaves, salvo las del domingo que han sido más intensas.

Ha sido una semana en que hemos intentado controlar algo la hierba, que ha frenado un poco su crecimiento. Hemos continuado arando la zona donde pensamos sembrar e ir controlando y adecentando un poco los bordes del estanque y caminos a su alrededor, que estaban totalmente asilvestrados.©

Semilleando en mayo

Mayo es un mes de mucho trabajo con los semilleros. La mayoría de las plantas de pleno verano se intentan adelantar un tiempo iniciando la producción en el interior del invernadero. Este año como de mediados de abril en adelante, vino frío, apenas he sacado nada para el exterior.

De momento tienen más calor dentro del invernadero, que el que podrían alcanzar en el exterior dentro de los túneles. Eso significa un mejor rendimiento que en el exterior. Por ello estoy reteniendo la planta en el invernadero.

Lo que si estoy haciendo es pasar parte de los tomates a recipientes individuales, de modo que cuando mejore el tiempo y se realice el trasplante apenas noten una reducción de actividad.

Así que dentro del invernadero tenemos las grandes estrellas del verano: tomates y pimientos, calabacines y sandías, melones y calabazas, y los boniatos. Unos se encuentran ya en recipientes individuales, mientras que otros los he colocado en el suelo, donde sufren menos el estrés que en los alveolos de pequeño formato.

Pero no es lo único que hay. También tenemos una pequeña variedad de verduras, de la familia de las crucíferas: Coles chinas, kalibos, repollo de chaves, colirrábanos. Junto con unos pocos hinojos y bastantes albahacas. Todo ello a la espera de que el tiempo se vaya asentando.

Los cambios de temperaturas del exterior repercuten también en el interior, y no siempre se ajusta bien la humedad a la necesidad.

Todos esos desajustes debilitan a las plantas que terminan sucumbiendo en ocasiones ante el ataque de hongos de la podredumbre. Por ello hemos utilizado algo de azufre para frenar la actuación de estos.

Si la situación cambia tengo ya preparado el terreno donde podamos trasplantar. En cuanto suban un poco las temperaturas iremos sacando y colocando en el exterior, primero los tomates y luego poco a poco todo lo demás.©

Aclareo de frutales de hueso dentro del invernadero

El aclareo de frutales es uno de los aspectos en los que menos experiencia tenemos en el huerto. La realidad climática hace que pocas veces sea necesario practicarlo. De ello se ocupan las sucesivas heladas que nos van segando las esperanzas florales.

Pero este año dentro del invernadero la situación es otra. Hubo mucha flor como pudisteis ver y ha habido mucho fruto cuajado, usando el pincel, como os mostré también. Los árboles no pueden mantener todo ello. Se ha hecho imprescindible el ir eliminando fruta: el aclareo.

Para ello hemos buscado las reglas que son habituales a tener en cuenta:

  • Comenzar con eliminar los frutos dañados y los acumulados en ramas débiles.
  • Buscar que con el aclareo la producción quede equilibrada con las ramas del árbol.
  • Mantener frutos ajustando estos a la cantidad de hojas que el árbol pueda tener.

    Esto resulta fácil de hacer en unos casos y complejo de hacer en otros. Se hace evidente que hay frutos que están mermados y con poco crecimiento, incluso con color más débil. Estos se van fuera. Hay frutos muy abundantes, en una misma rama, también se quitan. ¿Pero dónde está el límite?.

    Hemos quitado también los frutos que, como consecuencia de la polinización, aparecen geminados. A la larga son frutos que dan problemas, por ello los eliminamos frente a los frutos bien desarrollados.

    También hemos comenzado a dar con cierta regularidad agua, pero intentando no pasarnos. Además de mejorar la alimentación del árbol. Se le han incorporado abonos en superficie, que al regar arrastren los nutrientes a las raíces y se han añadido abonos líquidos, de los bioabonos que se han ido elaborando en la primavera.

    Los frutos llevan ya un buen tamaño, aunque los hay desiguales en desarrollo, dado que la floración se fue abriendo de forma diferente según las ramas. Un periodo de ella avanzó más pues coincidió con un periodo cálido, mientras el resto coincidió con lluvias y bajada de temperaturas, lo que los retrasó.

    Su crecimiento ahora también ha bajado el ritmo, dado el descenso de temperaturas de finales de abril. Pero tenemos muchas expectativas con ellos.©

    El huerto en la cuarta semana de abril

    Esta semana habría sido estupendo que se la hubiese comido el lobo, pero no fue así , por lo que tendremos que vivir con la que ha traído: La helada de la mayoría de las frutas del huerto.

    La semana ha estado desapacible, con algo de todo, incluida la lluvia al final de la misma. Por ello muchas de las tareas a realizar han sido de interior, en especial en el invernadero. Además hemos aprovechado el agua para arrancar unas cuantas hierbas entre los cultivos.©

    El credo del fruticultor

    En semanas tan duras como esta que hemos sufrido, donde hemos pasado de tener muchas posibilidades como productores de fruta a encontrarnos con la dura realidad de la helada, en la que nuestras esperanzas han quedado duramente dañadas, no queda más remedio que recordarnos el Credo del fruticultor, válido y aplicable para el día a día del cultivo de frutales en esta zona del interior de la meseta castellana.

    El primer artículo es creer y perseverar. Creemos en la fuerza de la vida y la importancia de los árboles, por eso perseveramos con ellos. En el día a día de cada planta, en los reveses que estas puedan sufrir, en el buen etiquetado de los viveros, en las plagas que los acosan, en la helada que nos machaca,…

    Nashis antes de la helada

    El segundo es la fe. Tener fe, mucha fe, toneladas de fe. Fe en las posibilidades de las plantas, en el potencial de estas y en esa fe asumir lo que llega con paciencia, paciencia, paciencia, …. Aunque se machaquen las cerezas, las nueces, los caquis, las ciruelas, los nashis, las peras, las manzanas, los pawpaws, las uvas, los almendros, los pistachos, ….

    Nashis después de la helada

    El tercer artículo se centra en cooperar con esperanza: Poner la voluntad en el crecimiento y salud de las plantas, aunque muchas veces no veamos los frutos de nuestro esfuerzo. Así asumimos la poda regular de cada año, el dar a los árboles el abonado necesario, que les permita alcanzar un punto de equilibro que los haga crecer, pero sin abusar, sacar floración, cuajar el fruto,… Pero sin debilitarlos y atraer a pulgones y otros plagas, o producir excesiva madera cuando no hay fruto.

    El regar cada veinte días en verano. Viendo el agua como un bien necesario, pero sin aguar el fruto. Fruta jugosa y sabrosa, aunque sea escasa. Si no hay producción de fruta el riego debe ser menor, pues solo es para mantenimiento y salud de la planta.

    Siempre procurar que el árbol tenga otra oportunidad en su mañana. Él es también una víctima más de las circunstancias climáticas. Mirar en qué manera podemos superar estas circunstancias (de hecho en el invernadero y los túneles, los frutales siguen con la fruta adelante).

    Melocotones dentro del invernadero

    No dejarnos llevar por la desesperación, sino primar la inventiva y ver qué podemos hacer y cómo lo podemos hacer, para que tanto los árboles como nosotros podamos conseguir Nuestro Objetivo: Producir fruta.©

    Tarta de ciruelas y suflé de yogurt

    Es en esta época de la temporada cuando se tira más de las conservas. La razón es sencilla es el momento del año en que menos cosas hay en el huerto, en especial en lo relativo a frutas. Nosotros en esta ocasión vamos a realizar una tarta de ciruelas con suflé de yogur, para lo que vamos emplear unas ciruelas en almíbar.

    Comenzamos deshuesando las ciruelas. Son ciruelas de piel oscura que al someterlas al calor nos dan un tinte rojo oscuro, muy intenso. Por eso el almíbar tiene ese color. Comenzamos elaborando la masa del relleno, para ello empleamos el bote de ciruela y su almíbar, 70 gr de maicena y unos 100 gr de azúcar.

    Se ponen las ciruelas y el almíbar en un cazo en el fuego, Se le añade la micena y el azúcar. El agua vamos a emplear unos 100 gr, pero ajustando con cuidado y añadiendo solo una poca conforme se vaya espesando la maicena. Se dejó cocinar a fuego. Se sacó de fuego cuando espesó y se puso a enfriar.

    A continuación realizamos la base de la tarta. Lleva 200 gr de harina, 1 cucharada de levadura química que se añade a la harina, un sobre de azúcar avainillado, un pellizco de sal, 3 yemas, 80 gr de azúcar y 80 gr de mantequilla.

    Batimos las yemas con el azúcar, añadimos la mantequilla y posteriormente incorporamos la harina junto a la levadura y la sal. Se amasa todo hasta que quede mezclado. La masa se deja reposar un poco. Se toma una pequeña porción y se mete al congelador.

    Se extiende el resto de la masa con un rodillo y la colocamos en el molde bajo que tendremos untado con mantequilla. Se coloca de forma homogénea por todo el molde. Se rellena con la masa fría de ciruelas, repartiendo estas por toda la superficie. Se deja reposar mientras se prepara el suflé.

    Necesitamos: 3 claras, 500 gr de yogur griego, 50 gr de maicena, 130 gr de azúcar y un sobre de azúcar de vainilla. Batimos el yogur con la maicena y el sobre de azúcar con vainilla. Batimos las claras a punto de nieve con el azúcar. Hasta que quedan tiesas y poniéndolas boca abajo no se caigan. Se unen las claras con el yogur. Se mezcla todo bien.

    Se extiende la masa del suflé sobre la capa de ciruelas. Se reparte toda la masa por toda la superficie. Se toma la masa que se ha puesto en el congelador y se ralla en trozos que se entienden por la superficie de la tarta antes de meterla al horno.

    El horno se precalienta previamente. La temperatura estará alrededor de los 180º. Calor por arriba y abajo. Se mantiene en el horno hasta que el suflé se pone marrón dorado, unos 40 minutos. Hay que procurar no abrir el horno hasta el final, pues se corre el riesgo de que se baje el suflé.

    Es una tipo de tarta de la que ya hemos hecho alguna otra variante. Esta combinación entre el dulce del merengue y el ácido de las ciruela resulta especialmente deliciosa.©

    El huerto en la tercera semana de abril

    Comenzamos la semana con temperaturas muy elevadas para la época, que han ido descendiendo progresivamente a valores más acordes con abril. Hasta el momento nos movemos en temperaturas positivas, pero se han anunciado cambios que afectan a las mínimas, que de ser ciertos nos pondrían en temperaturas bajo 0, esperemos que las previsiones se equivoquen.

    Durante la semana, aprovechando el buen tiempo, hemos ido preparando el terreno para plantar algunas cosas: Guisantes, algunos garbanzos, aunque otros ya van bien nacidos, lino, .. También hemos ido trasplantando unas cebollas.

    Otra buena tarea realizada ha sido la de desbrozar, el calor y la humedad no dan tregua en el crecimiento de la hierba.©