Este año por primera vez nos florece en el huerto la frambuesa azul, o Rubus leucodermis. Es una planta de la familia de las rosáceas que en apariencia debería estar más vinculada a las zarzamoras que a las frambuesas, pero que en la genética esta más relacionada con estas.
Nos hicimos con ella en nuestro último viaje hasta Portugal y teníamos una enorme curiosidad sobre cómo saldría.
El primer año la planta sobrevivió. En el segundo dio una serie de tallos que son los que este año están floreciendo, pues es, como suele ser con este tipo de frutillas, bianual. Sacando tallos un año y desarrollando flores el segundo.
La mata está desarrollando buenos y vigorosos tallos, mucho más espinosos que lo que suele ser habitual en las frambuesas, de los que esperamos mayor cosecha el año próximo. La colocamos en una zona a pleno sol donde esperamos que pueda prosperar, pero al mismo tiempo procuramos darle agua suficiente para que no pase sed.
La planta saca unas flores cercanas a las de frambuesas y zarzamoras, desarrollando unas bayas rojas que se ponen de un azul intenso, casi negro, cuando maduran. El color está relacionado con la presencia de antocianinas, de las que son ricas. También tienen ácido elágico, un polifenol en el que son ricas diversas frutas y verduras que activa mecanismos de protección dentro del organismo.
Las bayas presentan una especie de de capa cerosa, blanquecina que es la que le da nombre como variedad: leucodermis, para diferenciarla de otra rubus, la Rubus occidentalis, o frambuesa negra.
Las frutos están a caballo en sabor entre frambuesas y zarzamoras. Quizá sea el pigmento de las antocianinas el que fuerza esa conexión. Pero es un fruto sabroso, rico. Similar, pero diferente de las zarzamoras.
Los frutos se adelantan en su maduración respecto a lo que son las zarzamoras (nos avisaron de ello los pájaros, por lo que hubo que ponerle red). No las esperábamos tan pronto. Por lo que se puede disfrutar de ellas mucho antes de que llegue la cosecha de moras, solo por eso ya merece la pena.
Algunas de las cañas del año pasado tocaron el suelo en las puntas y enraizaron. En primavera cortamos esas puntas, separándolas. Ahora se están desarrollando nuevas plantas cerca de la base de la primera. Vamos ampliando el área donde las tenemos. ©