Dos rosas de color rosa, tan distintas y tan iguales, ambas en flor en el jardín en el mismo momento. Una, la peonía Sarah Bernharth, la otra, la rosa Pierre de Ronsard.
Ambas de un maravilloso color rosa. Un rosa matizado en tonos de verdes en sus extremos exteriores, pasando por puntos de blanco y de un rosa pálido, pastel, con algún toque de rosa de color más intenso cercano en fucsia, mutable con la luz.
Ambas con grandes corolas, compactas, de múltiples pétalos que se desparraman hacia abajo a causa de su peso. Las dos resultado de la experimentación y la búsqueda de la belleza, por el ser humano. Las dos son ganadoras de premios.
La peonía Sara Bernardt es un híbrido de la familia peoniáceas. Una peonía herbácea, de largos tallos, con flores de pétalos dobles, densos, que se matizan en su color según la luz. Su floración es única, ligeramente retrasada en el tiempo respecto a otras peonías.
El rosal Pierre de Ronsard, pertenece ala familia de las rosaceae, pero es un rosal moderno que sigue las líneas de muchos rosales antiguos con sus pétalos dobles. Se comercializa por la casa Meilland, dentro de una colección de rosas: Romantika, desde finales del s.XX.
Es un rosal que puede adquirir un buen tamaño. Por ello suele ser recomendable colocarlo junto a una pared o ponerle una estructura. Aunque es un rosal de formas antiguas, mantienen una cualidad de los modernos en su carácter refloreciente.
Ambos son resistentes, sanos, cada año con un poco de más vigor. En el caso de la peonía solo está en el jardín de casa. La rosa Pierre de Ronsard también crece en el huerto, aunque allí abandonada a su suerte, salvo la poda, por lo que suele producir menos rosas en el verano.
El equilibrio entre ambas queda así roto. Quizá haya que intentar reproducir también la peonía en el huerto, por lo que en el otoño miraremos para trasplantar algunas de sus raíces.©