Este año tenemos tres tipos de calabacines ( Cucurbita pepo) plantados en el huerto: Calabacín Aristocrat (con piel de color verde intenso), calabacín temprano de Argelia (de piel verde claro, casi blanca) y el calabacín amarillo.
Los calabacines amarillos en planta son casi idénticos a los otros, pero su piel es de un amarillo claro que se hace de color más intenso conforme la planta madura.
Los calabacines amarillos son una variedad de calabacines que nos ha llegado gracias al intercambio que este año realizamos con Paco. Intercambio que agradecemos especialmente, y que nos ha hecho enriquecernos con unas cuantas variedades nuevas en el huerto.
Pero, ¿Qué tienen los calabacines amarillos que los haga especiales? Indagando sobre ellos en Internet es interesante un artículo sobre el estudio realizado por la Universidad de Córdoba sobre las propiedades antioxidantes y antitumorales, especialmente de los calabacines amarillos.
Pero eso aunque importante, no sería relevante sino estuviera apoyado por las cualidades sensoriales de los calabacines amarillos. Los calabacines amarillos se consumen de forma integra. Su piel es una de las fuentes de nutrientes más importantes. Piel y carne, de mayor densidad, que en los verdes, se ofrecen crujientes y tersas. Resulta crocante en muchos de los platos cuando se cocina «al dente».
Para tener calabacines de forma regular hay que cosecharlos con asiduidad. De modo que de forma ininterrumpida la planta esté sacando flores, que cuajan en frutos de pequeño tamaño. Esto implica estar atento para recogerlos y una polinización adecuada de las plantas. Por ello conviene asegurarse de que las flores femeninas se polinicen.
Para ello en las primeras horas de la mañana mientras están las flores abiertas, cortaremos una flor masculina, eliminamos de ella la membrana amarilla, la corola, y pasaremos el botón central (cargado de polen) de ella sobre la flor femenina. Estaremos realizando la función de las abejas. En poco tiempo la flor femenina estará engrosando y podremos recoger el fruto tierno. Son especialmente ricos en preparaciones sencillas, para incorporar en muchos de los platos del verano.©