Hasta ahora no habíamos mencionado la vid, o las parras en el huerto, pero ya les llegó ya el momento.
La zona de los valles de Benavente se ha caracterizado a lo largo de los años por la calidad de los caldos que ofrece.
Estamos pues en una zona con posibilidades por la climatología, falta ahora averiguar si la zona donde está el huerto y el tipo de tierra del mismo resulta adecuado para el desarrollo de la vid.
Nada más sencillo. De entrada habíamos puesto unas 3 plantas de parras que ya tenía en la huerta anterior con raíces, además de unos sarmientos para que como estacas se fueran desarrollando durante la primavera del año pasado.
Ahora esos sarmientos los vamos a distribuir por diferentes zonas cerca de la verja, con una orientación sur.
Primero de todo se debe hacer con tiempo el hoyo de plantación, para que si posible la acción del hielo meteorice el terreno.
Eliminaremos las hierbas que haya en el entorno inmediato del hoyo. Algunas como la grama no es conveniente que se mezcle con las raíces, pues luego resulta muy difícil eliminarlas. Siendo necesario en ocasiones el tener que levantar la planta de su posición para poder extraerla completamente.
A partir de aquí la laya será nuestra ayuda más eficaz, para en bloque levantar las estacas y tras revisar las raíces ir colocando las estacas en el hoyo.
En este caso no voy a aportarles abono de momento, prefiero esperar a que las raíces se hayan asentado unos día y posteriormente ya les aportaremos abono.
Colocamos en el hoyo los sarmientos, les apretamos la tierra bien alrededor de ellos y los regamos para humedecer y apretar la tierra y sólo resta esperar.
El último punto antes de dejar esa estaca y dedicarnos a otra es recortar los brotes que pudiera haber desarrollado el año anterior, por un lado para estimular el crecimiento y por otro para ajustar la relación entre las ramas y las hojas, pues en el trasplante siempre hay una pérdida significativa del aparato radicular.
Hay que tener en cuenta que al levantar las estacas algunas de ellas presentan escaso desarrollo radicular, en ese caso puede resultar conveniente mantener juntas esas plantas en un hoyo, para aportarles la atención que necesiten, hasta que se incrementen sus raíces.©