Ya os he hablado de las buenas coles de Bruselas que tengo este año y hay que usarlas. Por eso buscando recetas encontré este clásico de la cocina francesa. Esta es una receta reinterpretada por Arguiñano que tenía muy buena pinta y decidí probarla. Es una receta sencilla, pero que merece la pena.
Como ingredientes vamos a necesitar: 2 Cebollas, 16 coles de Bruselas, aceite para sofreír la verdura, sal y pimienta, ajo, queso para fundir y un par de rebanadas de pan por persona, además de caldo de pollo, que podemos hacer con la carcasa de este.
Comenzamos poniendo a cocer la carcasa del pollo en agua abundante. Calculando la que podemos necesitar para cuatro comensales. Mientras tanto pelamos la cebolla y la hacemos rodajas finas. Cogemos el aceite y la ponemos en una cazuela comenzando a pochar la cebolla. Se mantienen en el fuego hasta que comienza a cambiar de color y ponerse trasparente.
Tomamos las coles y le quitamos las hojas exteriores, limpiándolas cuidadosamente. Las coles están muy sanas y apretadas. Las cortamos por la mitad. Las echamos sobre la cebolla y las salteamos unos minutos.
Mientras , sacamos la carcasa del pollo que ya estará cocida y vamos a extraer toda la carne del pollo que haya en la misma, se quitan pieles y se trocea la carne. Se echa la carne en la sartén con las verduras y se saltea un poco. Se incorpora el caldo y se deja que cueza todo ello junto, integrando los sabores. Se controla la sal y se pone un poco de pimienta.
Mientras va cociendo se pone en la tostadora un poco de pan a tostar, en nuestro caso es de hogaza. Ya tostado se frota con un ajo, por arriba y abajo. Se le coloca queso por encima y se mete brevemente al horno para que se funda ( hay que cuidar que no se queme). Cuando las coles estén tiernas se puede retirar del fuego y servir. Se coloca en cada plato un par de rodajas de pan.
Esta receta queda muy rica. Las coles tiernas y muy suaves de sabor. Un plato que reconforta y alimenta, con alimentos del huerto. Todo un placer a disfrutar. ©