Este año me plantee sembrar pronto el salsifí, la razón estaba en que el año pasado tardé en hacerlo y luego no había manera de que las semillas nacieran y se desarrollaran con el calor. Por lo que al final crecieron poco y mal y solo recogí salsifís para un par de ocasiones. Todos nos quedamos con ganas de ellos, por ello este año decidí colocarlos pronto para que tuviera la tierra humedad suficiente y no me fallaran a la hora de nacer.
La semillas llevo unos años en que son de cosecha propia, tengo unos salsifís permanentes, como media docena de ellos, con su flor espectacular en el jardín de casa y otros tantos para lo mismo en la huerta, allí se desarrollan las cabezuelas de las semillas, que son grandes y alargadas y que luego tienen una muy buena nascencia. Semillas que procuro recoger en cuanto se abre la cabezuela para evitar que sean esparcidas por el viento si uno las deja. Luego solo es cuestión de separar el pelujo que arrastra las semillas y quedarse con las más gordas que son las que dan mejores plántulas.
Las semillas al ponerlas en tierra nacieron bien y abundantemente, pero no las atendí demasiado, por lo que se llenaron de hierbas que eran más grandes que las plantas en si, por lo que hubo que regar y aprovechando que las raíces de las hierbas se sacan mejor, retirar todas las que había sin afectar a los salsifís.
Se han cavado un par de veces desde entonces. Las plantas creo que es el año en que van más fuertes, pero de momento no hay prisa, pues es una planta de crecimiento lento.
Aunque se tienden a olvidar pues requieren poca atención, lo más importante es mantener bien la humedad, pero tampoco sin exagerar, una vez a la semana en temporadas de más calor es suficiente. Las tengo colocadas en un lateral, junto a las achicorias y es una zona cerca del agua, que creo se adapta bien a ellos. ©