El azufaifo (Ziziphus jujuba) es un árbol que cada año que pasa me gusta más. Se ajusta bastante a los parámetros climáticos del huerto, más en un año que ha venido como el actual, que ha permitido que incluso se secase fruta en el árbol.
Azufaifos en el huerto, como ya sabéis, tenemos dos. Los dos en la zona alta del huerto y a pleno sol. Este año ha estado mucho mejor el azufaifo de junto a la valla, con un buen crecimiento y buena cosecha. El otro ha tenido menos de ambas cosas.
Las azufaifas son frutas que maduran, en esta zona, a lo largo del mes de octubre. Aunque comenzamos a probarlos a comienzos del mes, la primera parte de la cosecha no la recogimos hasta mediados del mes y la última ahora, tras las lluvias. Ello ha supuesto un aumento de humedad en el suelo que ha hecho que una parte de los frutos se hayan rajado y abierto.
Los frutos de los azufaifos se ajustan a las diferentes variedades injertadas. Cada caña principal tiene variedades distintas. Esto es bueno para la polinización, pero en especial para los que comemos los frutos. Hay una gran diferencia en el tamaño, el sabor, las espinas y la relación cáscara-pulpa entre los diferentes frutos.
El fruto más pequeño corresponde a la variedad del azufaifo bravo. Son frutas muy pequeñas y cascosas. De momento solo quedan de este tipo algunas ramas bajas en el árbol que está junto al cemento. El resto son ya variedades injertadas, unas compradas, otras intercambiadas.
El fruto del azufaifo ya seleccionado suele ajustarse a dos modelos de base. Unos son azufaifos para comer, otros son especialmente para secar. Nosotros de momento le sacamos más aprovechamiento a los azufaifos frescos, pero los azufaifos secos se emplean en muchas recetas asiáticas, por lo que probaremos a ver cómo quedan secos y cómo se pueden usar.©