A lo largo del año siempre hay ocasiones en que por una razón u otra se tienen que pelar nueces, en casa frecuentemente esas cáscaras terminan en el cubo para compost, pero en otras ocasiones se van acumulando, casi como único residuo, y se termina con un montón de ellas. A veces surge la tentación de que terminen en el fuego, pero no hay que caer en ella.
Hoy quiero hablaros de esas cáscaras de nuez y de lo útiles y aprovechables que pueden ser para no tirarlas a la basura ni quemarlas.
Las cáscaras del Juglans regia L son muy ricas tanto en macronutrientes, como en micronutrientes. De los macronutrientes presentan porcentajes muy altos tanto de Fósforo (P) como de Potasio (K), bajas en nitrógeno. Respecto a los micronutrientes son muy ricas en Sodio (Na), Hierro (Fe) y Zinz (Zn), con valores medio-alto de Manganeso (Mn) y Calcio (Ca), siendo bajo, pero presente la existencia de Magnesio (Mg) y de Cobre (Cu).
Un huerto siempre debe procurar incrementar la riqueza de estos componentes, pero además las cáscaras de nuez van a liberar esos nutriente de una forma lenta, pero real en el huerto.
Además en ese proceso de descomposición y enriquecimiento de los nutrientes del suelo, las cáscaras de nuez tienen un valor añadido en los suelos de naturaleza arcillosa como es el mío, donde ayudan a mantener fragmentado el suelo e impedir que tras el riego tenga lugar la formación de arcillas de expansión, con la costra que ello supone y las grietas que acompañan.
Por ello hemos aprovechado esas cáscaras para añadirlas ahora en una de las zonas de los pimientos. No se van a liberar los nutrientes de golpe, sino de forma progresiva a lo largo del verano otoño e invierno, pero esos nutrientes será aprovechados por nuestros frutos y ayudarán a que no se forme la costra arcillosa tras cada riego, algo tan frecuente en esta época. ©