Como sin duda recordáis sembramos garbanzos en el invierno, pero este año salvo con uno de los tipos sembrados, que tuve tiempo para limpiarlos, con los demás me venció la hierba. Los que mejor se han dado han sido los de Fuentesauco, que en estos momentos están ya en flor, pero con los Pedrosillanos no ha habido tiempo para quitarles la capa de hierba que les cubre, por ello estoy pensando en segarlos y meterlos de abono verde.
Como la cosecha era evidente que no iba a merecer la pena, el otro día ya a comienzos de abril decidimos volver los a sembrar en el trozo preparado, junto a donde queremos poner las sandías. En esta ocasión una tanda de garbanzos ecológicos que nos habían traído unos amigos.
Los pusimos en remojo, para ver si de esa manera los ratones tenían menos oportunidades con ellos al germinar antes y ver de paso qué tal germinaban, sacaron en seguida el ápice de crecimiento y parece ser que van bien, naciendo, sino todos, si abundantes.
Con tantas lluvias es frecuente que al secarse el terreno se forme en la superficie del mismo una costra que les impide nacer bien, por eso ya los he cavado en una ocasión y posiblemente los haya que volver a cavar, no tanto para quitarles las hierbas que no parece haber muchas, sino para acondicionar el terreno y que tras el agua esté más suelto y esponjoso. ©