La coliflor de invierno es siempre un riesgo, pero este año, tal y como ha venido el otoño y hasta ahora el invierno, se puede decir que han ido bien.
Las colocamos en el verano, pero allí fueron un poco tardías. Su crecimiento resulto más lento que lo previsto, por lo que al llegar el otoño decidí colocarles un poco de manta térmica, en la intención de protegerlas de una helada temprana, pero en la sospecha de que pudiera suceder.

En aquel momento no tenían todavía cogollo, por lo que bajo la manta térmica y con las temperaturas suaves que se han ido presentando a lo largo del invierno siguieron desarrollándose y han creado sus pellas para este momento. Pero no es la mejor época. Aunque ya hemos comido algunas, ahora aprovechando el anuncio de heladas recogimos el grueso de ellas.
En casa duran unos días. Una parte de ellas irá al congelador, mientras que otras irán directas a la cocina. Las coliflores son siempre una verdura deliciosa que ofrece muchas posibilidades.
En unos casos son preparaciones tradicionales, de hecho nos gusta la coliflor con garbanzos. Es una receta fácil y rápida en donde cocemos la coliflor, a la que añadimos los garbanzos cocidos y luego todo escurrido con un refrito de chorizo y un poco de panceta. Es una preparación sencilla, pero sabrosa.

En otras ocasiones se puede uno salir de los caminos habituales y buscar otros sabores lejanos como con la coliflor salteada con cilantro. Para ello saltearemos en una sartén un poco de ajo, luego añadiremos la coliflor. A continuación se añade el cilantro molido, la piel de un limón cortada muy fina, un poco de pimienta negra molida, sal y un poco de caldo. Se tiene cociendo unos 10 minutos, añadiendo el cilantro verde finamente picado antes de retirar del fuego.
Una verdura saludable que reconforta y sienta fenomenal, y que en esta época no siempre es factible de tener en el huerto, por lo que aprovecharemos la ocasión para disfrutarla.©