Estamos casi mediando agosto y seguimos de lluvias, pues en esta pasada semana ha vuelto a caer un buen chaparrón en el huerto. Dicen que lluvia en agosto miel y mosto, quizá pero el agua tanto tienen de bueno como trae de complicación.
Las temperaturas tras el chaparrón han vuelto a estabilizarse al alza, por lo que la humedad ambiental es muy alta. De todas maneras se nota ya el descenso del tamaño de los días y por la noche la temperatura refresca, y deja en la mañana intensas rociadas.
Los frutos se benefician o se perjudican de la lluvia, pero casi más lo primero así los tomates se rajan, a las lechugas se les pudre el cogollo, mientras que otros como los repollos se revientan con ella y los hongos están volviendo a aumentar. Pero los frutos del huerto crecen y engordan, y como hay que aprovechar lo que hay dedicamos este periodo con nubes para hacer trasplantes de frutos del otoño. ©